CAMBIO DE HORARIO

Tierra atlántica con reloj en el Mediterráneo

photo_camera La hora del café es mucho más nocturna en Galicia que la hora del té británica.

Septiembre comienza a hacer evidente el acortamiento de los días y aleja más de la realidad geográfica la disciplina de un reloj que obliga a quienes vivimos a este lado de la Península

Si es un hecho constatado y varias veces reivindicado, la última vez la pasada primavera, que España debería regir su hora por el meridiano de Greenwich, en el caso de Galicia se hace más evidente. Cuando el Real Instituto y Observatorio de la Armada, el guardián de la hora oficial en España, divulga con sus señales horarias que son las doce, el mediodía, en Ourense son, realmente las diez y media de la mañana y en Vigo tres minutos menos. El horario que rige todas las actividades humanas, fundamentalmente condicionado por las horas de luz solar disponibles en casi todos los países, en España depende de una decisión tan simple como derogar una orden de Presidencia de Gobierno del 7 de marzo de 1940, es decir, de Franco, que quería que la hora de Madrid fuese la misma que la de Berlín y que lo justificó con una frase sin ningún fundamento: " “Considerando la conveniencia de que el horario nacional marche de acuerdo con los otros países europeos, y las ventajas, de diversos órdenes que el adelanto temporal de la hora trae consigo, dispongo…”


Hasta entonces España se regía por el horario de Europa Occidental, Greenwich, el mismo que Portugal y el Reino Unido de la Gran Bretaña.
Y la vida, la actividad laboral, las horas de levantarse, ir al colegio los niños y al trabajo los adultos, la hora de la comida, la del café y la del ocio se regía por la misma que tienen nuestros vecinos de  Chaves y Valença do Miño y no la que utilizan los croatas, en cuyo mar Adriático el Sol se pone casi cien minutos antes que en las Islas Cíes.
Así que se han cumplido 75 años de un despropósito que afecta a la vida cotidiana y que obliga a que los niños salgan de nochepara ir al colegio por la mañana durante buena parte de su curso y la mayor parte del tiempo ocio que niños y mayores disfrutan a diario durante los meses de otoño e invierno se produzca en horas en las que ya no hay luz del día.

El tiempo antes de Greenwich

La existencia de una hora oficial y unificada es un invento más reciente que el ferrocarril. En realidad fueron los trenes los que obligaron a la normativización en la medida del tiempo, que era distinta en cada ciudad, El Real Observatorio Astronómico Nacional, cerca del madrileño parque de El Retiro dedicaba un telescopio a fijar la hora del mediodía. En ese moento, el disparo de un cañonazo avisaba de que eran las doce del día por el meridiano de Madrid y en todos los  edificios oficiales que tenían reloj se corregía la hora si era necesario. Pero ese era el horario de Madrid. En Barcelona o en Vigo había más de diez minutos de diferencia. 


La hora solar rigió durante siglos los destinos de las ciudades y el rural, en Galicia y en el resto de Europa. Todavía quedan evidencias de este hecho en las fachadas de pazos, iglesias, catedrales y edificios públicos, en los que había tallados en piedra relojes de Sol.
Entre los enseres del Pazo de Rubianes, en Vilagarcía, quienes lo visiten descubrirán un curiosísimo reloj solar portátil de mármol, con una lupa y un pequeño cañón. La lupa sirve para aumentar la potencia de los rayos solares que, al llegar las doce del día hacían detonar la carga de pólvora del cañón. 


La necesidad de  fijar los horarios de los trenes, que viajaban de una ciudad a otra obligaron a buscar un tiempo estándar. Estados Unidos y Reino Unido fueron los primeros países en adoptar medidas unificadoras para disponer de horarios de ferrocarriles que fuesen efectivos. A finales del siglo XIX se establece la convención internacional de los husos horarios para marcar de manera universal un horario oficial a partir de un meridiano, el meridiano cero, que se adoptó en Washington en octubre de 1884 y que se situaba en el meridiano que pasaba por el Observatorio Astronómico de Greenwich. La medida se completaba con la división del globo terráqueo en 24 husos correspondientes a otras tantas horas. Cada huso horario es una semicircunferencia que divide cada uno de los paralelos, las circunferencias paralelas al Ecuador que se trazan desde ambos polos, en secciones de 15 grados. 


España quedó incluida en el huso horario de Greenwich, la hora oficial universal, pues el meridiano cero pasa por Castellón y ampara, hacia el Oeste todo el territorio de la Península Ibérica. Ourense está siete grados y medio y Vigo casi ocho y medio al Oeste de Greenwich, lo que significa que, si volviésemos a la medida del tiempo con métodos astronómicos, los relojes gallegos estarían treinta minutos atrasados con respecto a la hora que marca el Big Ben y una hora y media con respedcto a Berlín, la ciudad que marca la hora en la que tenemos que vivir... y otras muchas cosas más.

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