LA CRÍTICA

"Un pequeño favor"

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photo_camera Un fotograma de la película.

Su director acierta al combinar algunas de las características del thriller con las de una comedia y logra un producto muy entretenido

Stephanie (Anna Kendrick) es una joven madre bloguera que vive en una pequeña ciudad, en la que también reside su mejor amiga, la sofisticada Emily (Blake Lively). Después de que esta desaparezca de manera repentina, Stephanie comenzará a buscarla con ayuda del marido de Emily, Sean (Henry Golding). Su objetivo será descubrir la verdad en una trama llena de traiciones, secretos y revelaciones, amor y lealtad, asesinato y venganza.

La película está basada en el bestseller homónimo de 2017 de Darcey Bell y está dirigida por Paul Feig. El guión consigue mantener el equilibrio entre el misterio y el suspense psicológico característicos de un thriller con la comedia. Una tarea que no siempre fácil porque en muchas ocasiones desconcierta al espectádor más canónico al no saber hacia que decantarse y sorprenderse ante una cinta que encajaría en los perfiles del cine “noir”.

Todo ello no quita que la narración tenga algunas irregularidades en cuanto a ritmo. Sincopado en la primera mitad de la cinta hasta que te das cuenta que es difícil escapar en este tipo de cintas de los lugares comunes. Para evitar que el espectador pierda el interés, Paul Feig consigue darle una vuelta de tuerca al guión en el tramo final que sorprenderán al espectador.

Anna Kendrick y Blake Lively destacan en sus interpretaciones, y la simbiosis que logran gracias a sus personalidades tan contrastantes y los viajes personales de cada uno de sus personajes es un gran aliciente del filme.

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