DENOMINACIONES

El único vino elaborado en un convento

Monasterio de Poio_result

Es una finca pequeña, en la que desde hace tiempo acometieron la reestructuración que sustituyó variedades foráneas e híbridos por las autóctonas

Se ha dicho hasta la saciedad que quienes más hicieron por la expansión del cultivo de la vid y el vino no fueron los romanos, sino los monjes de diversas órdenes monásticas, especialmente los benedictinos, que no solo cultivaron sino que mejoraron las técnicas tanto en el viñedo como en las bodegas. De ese legado se han beneficiado viticultores y bodegueros de toda Europa. Pero ¿Qué pasó con las bodegas de los monasterios?. La mayoría cerraron o se limitan a producir vino para autoconsumo. La gran excepción, la única en Galicia, es el convento mercedario de San Juan de Poio, a las afueras de Pontevedra. 

Al lado del hórreo se encuentra el viñedo. Es una finca pequeña, en la que desde hace tiempo acometieron la reestructuración que sustituyó variedades foráneas e híbridos por las autóctonas: Plantado en emparrado se encuentra el viñedo de Albariño. Es el mayoritario. Pero también hay una pequeña parcela plantada en espaldera con cepas de Mencía. Con la vendimia a punto de iniciarse, las uvas de ambas variedades lucen hermosas y sanas, fiel demostración del mimo con el que cuidan los frutos que la tierra les aporta.

Al lado, en el monasterio, se encuentra la antigua bodega, reconvertida en un lugar de encuentro y relajación para los  visitantes que se albergan en la hospedería. El lagar casi milenario se ha convertido en un elemento decorativo y fiel testimonio de la larga tradición vitivinícola de este monasterio, que fue benedictino hasta su exclaustración en el XIX y Mercedario desde 1890.

En la nueva bodega, modernos depósitos de acero inoxidable han desplazado las antiguas cubas de castaño y de roble. En ellos se elaboran dos vinos, ambos comercializados bao la misma marca: Viñas del Monasterio. El tinto es un monovarietal de Mencía y el blanco, de Albariño. En ambos casos, son vinos frescos, jóvenes. Vinos con una buena intensidad aromática.

Desde la actual añada, 2017, es etiquetado bajo el amparo de la IGP Ribeiras do Morrazo. Poio es una de las cuatro bodegas que conforman esta pequeña IGP y la única, en Galicia y en España, que se encuentra en un monasterio en activo.

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