El destino

Viajar a través del yoga

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photo_camera Mujer practicando yoga

El yoga, esa práctica física, mental y espiritual que levanta pasiones, celebró su Día Mundial. para los amantes de esta disciplina existen algunos planes con los que viajar con el cuerpo y la mente lejos del bullicio y el estrés del día a día

Como reconocimiento a la enorme popularidad universal que ha ido adquiriendo con el tiempo la práctica del yoga, las Naciones Unidas proclamaron el 21 de junio como el Día Internacional de esta disciplina. Una jornada que sirve, según defienden desde la organización, para “concienciar a la población” sobre los beneficios de esta “práctica saludable” originaria de India que puede contribuir, dicen, “a lograr un equilibrio entre la mente y el cuerpo”.

Son, precisamente, esos beneficios que reporta para la salud, y la armonía que regala a aquellos que lo practican lo que ha hecho grande a esta disciplina que, según recoge la RAE, responde a un conjunto de técnicas “físico-mentales destinadas a conseguir la perfección espiritual y la unión con lo absoluto”.

Son muchos los espacios turísticos que se han acondicionado para ofrecer a sus visitantes clases de yoga en todas sus variantes. Un ejemplo es la terraza ABC Sky de Madrid, con las jornadas de yoga-brunch que organiza cada sábado, y que permiten practicar disciplinas como el anusara, el vinyasa o el ashtanga de la mano de expertos. Después, los participantes disfrutan de un brunch con smoothie vegetal, yogurt natural con muesli y frutos rojos, o huevos a elegir, entre otras cosas.

En Castell, el pequeño pueblo en el que se ubica el Barceló Hamilton Menorca, se pueden recargar pilas cada mañana con las clases guiadas de yoga sunrise, un nuevo servicio del que pueden disfrutar los huéspedes en las instalaciones del Blue Sky Bar a partir de las 10:15 horas, en sesiones de 30 minutos. La propuesta especialmente pensada para yoguis incluye degustación de smoothies y bebidas naturales frente al mar.

También hay propuestas vacacionales especialmente pensadas para la desconexión y el cuidado del cuerpo y la mente. Es el caso de Casa Cuadrau, en Huesca, un alojamiento ecológico rodeado de naturaleza donde se celebran retiros de yoga, arte y naturaleza, en un rincón del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Las actividades del programa incluyen diariamente clases de yoga, talleres, meditación, caminatas meditativas, sesiones en grupo de preguntas y respuestas y cantos meditativos, entre otras cosas.

También existen propuestas que viajan más allá del yoga. Como la que plantea el Retiro de Kun Kan, en Castellón, una propuesta vacacional inspirada, dicen sus artífices, en la antigua sabiduría maya. Se trata de “un lugar mágico” que permite a sus participantes manifestar “todo tu potencial interior y retomar el poder perdido”. El programa que ofrece este hotel, de nueve habitaciones, no solo incluye clases de yoga, sino que invitan a hacer ayunos de tipo terapéutico, programas antiestrés, terapias individuales o eso a lo que llaman “viajes conscientes”.

Hay, incluso, cruceros para amantes del yoga. Como los que ofrece Star Clippers, que propone una travesía centrada en esta disciplina y en la meditación, guiada por expertos en la materia. Esta propuesta plantea sesiones de yoga al aire libre para todos los niveles, que se intercalan con conferencias sobre la filosofía de esta disciplina y consejos para practicarla después del viaje.

Parques, playas, bosques, gimnasios… cualquier escenario es bueno para adentrarse en el mundo del yoga y salir, al menos durante un rato, de esa rutina que a veces no deja tiempo para relajar la mente. Todos obtendremos, a buen seguro, beneficios positivos de la sesión.

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