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Los vinos que describen a su creadora

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En Genus de Vinum, Ana Méndez se abstrae de su trabajo cotidiano en una gran bodega, en la que ya había destacado con su línea de vinos singulares como 3Ura, Adeus, A Telleira, para buscar la forma en la que las variedades y la tierra se expresen de forma más auténtica

Genus de Vinum no es una bodega. Es una autobiografía. Ana Méndez recoge en este proyecto toda su vida en el mundo del vino, lo aprendido de su padre, de su abuelo, la aplicación de sus propios criterios, el afán por llegar siempre a ese punto inalcanzable de la perfección.

En Genus de Vinum, Ana Méndez se abstrae de su trabajo cotidiano en una gran bodega, en la que ya había destacado con su línea de vinos singulares como 3Ura, Adeus, A Telleira, para buscar la forma en la que las variedades y la tierra se expresen de forma más auténtica. Recurre, con la colaboración de la EVEGA a las microvinificaciones, fraccionando en pequeñas parcelas, la finca que había plantado su abuelo hace tres cuartos de siglo. Buscando la esencia casi en cada fila de cepas, encontró lo que buscaba: un vino único, su vino. Así nació Versatus, un Ribeiro en el que se ensamblan Treixadura y Godello, seleccionadas y vinificadas en pequeños depósitos de 500 litros, cada uno de un pequeño fragmento de esa finca primigenia. Cada uno recogiendo en forma de aromas y sabores el trabajo del Sol y del suelo, como si de un perfume se tratase.

El trabajo culmina, tras elegir un número muy pequeño de esos pequeños depósitos, con una crianza de seis meses con sus lías y otros seis meses en botella. Es un vino elaborado sin prisas, con esa ardiente paciencia que decía Neruda, y del que llegan ahora al mercado las primeras y únicas 1.800 botellas.

Genus de Vinum no se queda solo en el Ribeiro. Tras Versatus, está Cellarium, un Albariño del Condado, en el que repitió la misma experiencia, con la finca primordial de Morgadío. Completa la experiencia, con un vino tinto de la Ribeira Sacra Ourensana de la subzona del Bibei, Raiman 2015. Elaborado en colaboración con una bodega amiga, cuyo fruto es un polivarietal  de mencía, Brancellao, Mouratón, Sousón y Garnacha tintorera, fermentados en trococónicos de roble francés y criados durante 12 meses en barricas usadas, también de roble francés.

Cuidado hasta el último detalle, Versatus, Cellarium y Raiman son joyas para disfrutar sin prisas, sin agobios y con amigos.

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