LA REVISTA

VR, el valor de una tierra convertido en vino

via_romana_bancales_de_belesar_result
photo_camera Los característicos viñedo de la Ribeira Sacra.

Este vino reposa en un depósito de acero inoxidable y luego es sometido a una crianza de 7 a 11 meses en barricas de roble francés

Juntar 16 hectáreas en los bancales de la Ribeira Sacra, sea del Miño o del Sil, resulta una empresa casi tan épica como cultivar la vid allí donde parece que la naturaleza se ha conjurado para hacerlo casi imposible. La bodega Vía Romana, cuenta con esa superficie cultivada en algo más de una decena de parcelas, a las que suma las que trabajan viticultores de la zona con los que colaboran estrechamente.

En este microcosmos y microclima singular que es la orilla del Miño a su paso por Belesar, estamos en la subzona de Chantada, Via Romana tiene sus instalaciones y la mayor parte de los viñedos con los que elabora anualmente en torno a las doscientas mil botellas.

En Ribeira Sacra, y esta bodega no es una excepción, el tinto es el rey y la variedad Mencía su escudo de armas. El vino joven del año lleva en su marca el nombre de la bodega, fundada hace veinte años. Pero hoy traemos a esta sección su vino de crianza, VR.

Su elaboración comienza en los viñedos. Allí se escogen las cepas más viejas y las que tienen un rendimiento más bajo. En esta denominación de origen, y sobre todo en los bancales de los cañones de los tres ríos que la conforman, el Miño, el Sil y el Bibei, el rendimiento por hectárea es muy inferior al que podemos encontrar en otras regiones vitivinícolas de Galicia. Pero es que aquí la cosa se lleva al extremo: un kilo de uva por cepa.

A partir de ahí, de una vendimia seleccionada y de una cuidadosa fermentación, el vino reposa primero en depósito de acero inoxidable y luego es sometido a una crianza de 7 a 11 meses en barricas de roble francés, dependiendo de las características que presente cada añada.

El último eslabón de afinamiento del vino se lleva a cabo ya en la botella, pero dentro de la bodega, pues permanece en reposo ya embotellado durante seis meses antes de salir al mercado. 

VR es un vino bien estructurado, en el que los aromas y sabores que aporta la variedad se matizan con las sutiles aportaciones de la madera. La crianza le imprime esa calidez y toques especiados que contrastan con el carácter frutal de la Mencía que tanto sudor cuesta cultivar y vendimiar.

Te puede interesar