ENTREVISTA

La 'bestia' del wushu nacional

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photo_camera Ngagne Faye, del Club Artai, en el gimnasio donde entrena.

Ngagne Faye, del Club Artai, se coronó campeón de España en la modalidad de sanda -70 kilos, demostrando su poderío

Su mirada desprende sinceridad, mientras que sus músculos demuestran que nadie le ha regalado nada. Ngaye Faye, natural de Senegal, tiene 31 años y se acaba de proclamar campeón de España de wushu-sanda. "Fue una gran alegría cuando gané en la final. Me puse muy contento, todos los compañeros y el entrenador también", recuerda el senegalés. 

El actual campeón de España en la modalidad de samba, integrante del Club Artai, describe su pasado para llegar a Ourense: "Mi padre cruzó la frontera de Francia con España y llegó a Galicia donde estuvo en Ourense. Tras unos años, mi padre me arregló los papeles para que yo pudiera venir". 

El viaje de Ngagne Faye es el de un africano que busca salir de un mundo donde la sonrisa reparte riqueza y las desventajas para vivir son como precipicios, grandes y escarpados.

Con 16 años, el senegalés llego a Ourense con la intención de vivir y practicar deporte. Así, se inscribió al gimnasio donde empezó todo: "Fui para hacer pesas. Después de dos o tres semanas, me dijeron que probara las artes marciales. Fui a una clase gratuita y durante varias semanas estuve probando. Al final me decidí a entrenar, pero no a competir. Entrené durante dos meses y fui a mi primera competición, a Arcade. La recuerdo muy bien. Acabé segundo y eso me demostró que era bueno así que la dije al entrenador que si que competía". 

Su historia está marcada en su cuerpo y en sus músculos. Su padre, trabajador incansable, enfermó y fue él el que tenía que trabajar para poder sacar a los dos adelante: "Estuve trabajando en las ferias, estudiando y entrenando. Es duro pero tienes que hacerlo, no puedes pensar en rendirte". 

Ngagne Faye es uno de los muchos africanos que ven en el exilio una nueva oportunidad. Una nueva vida donde ellos marcan su propio destino y donde tienen historias que contar. Trabajador de día y padre durante la semana, Ngagne Faye cuida a su hermano de 23 años: "Ahora, tengo que ser yo el que cuide de mi hermano como lo hizo mi padre conmigo. Es joven y tiene ganas de trabajar, pero sabe que es difícil". 

Mientras habla hace la comida porque se tiene que ir a trabajar. Admite que el deporte es una herramienta social importante pero que "aquí en Ourense, no hace falta practicar deporte porque la gente es muy amable y divertida". 

Ngagne Faye soñaba en el campo de tierra de su ciudad natal en Senegal en ser como Iniesta, su ídolo. Ser futbolista era un gran anhelo, ahora la única preocupación es dar todas las comodidades a su hermano. Y el único sueño es enseñar a sus hijos que su padre fue un gran campeón.

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