GRAVITY BIKE

Desde Celanova hasta la medalla del Campeonato del Mundo

20180813160922550_result
photo_camera Fran Campos, codo con codo durante el descenso.

El treintañero ourensano Fran Campos se proclamó en la localidad italiana de Pádova subcampeón de bicis de descenso

El ourensano Francisco Campos Araújo es el reciente subcampeón del mundo de gravity bike, una modalidad ciclista de descenso englobada en la Federación de deportes de inercia. Fue en Italia, en la región de Pádova. Campos sólo fue superado por un australiano, Brett Philips.
Se puede decir que Fran ha vuelto. Porque después de proclamarse campeón gallego y de España, un accidente laboral, con operación de hombro incluida, le tuvo cuatro años parado. El regreso no ha podido ser más a lo grande.

"Empecé en el 2012 (tiene ahora 30 años), más bien como una diversión. Vi un descenso de carrilanas en Ribadavia, probé a hacerlo, me gustó y me quise demostrar que podía ser competitivo", relata Fran, celanovense, mecánico de profesión.

Porque pilotar estas bicis de descenso no es una broma, llegan a alcanzar más de cien kilómetros a la hora. No llevan pedales, por lo que el arranque es fundamental. "Son bicis pesadas, adaptadas al descenso. Llevan dos sistemas de frenado independientes, por si falla uno que entre en acción el otro. Las ruedas tienen que llevar una yanta del 20 BMX", detalla el ourensano, que compite con el Team Cronos Sport, un club de la localidad pontevedresa de Arcade.

¿Son muchos en Ourense? "Qué va, somos pocos, tres o cuatro. En las carreras casi siempre estamos los mismos, 50 ó 60. Entre mayo y octubre casi todos los fines de semana hay actividad. En el pueblo se sorprenden cuando ven este tipo de bici montada en el coche, a muchos les da miedo", subraya Fran, que tuvo que pelear duro en una competición, mundial, que reunió a cerca de centenar y medio de participantes entre todas las categorías.

¿Cómo me convencería para que me dedicase a esto? "Pues le diría que empiece como todos, viendo vídeos por internet. Es importante que te guste la velocidad, claro. Luego, ves una carrera y decides. Le diría que puede hablar con nosotros, le podemos dejar una bici para que haga una bajada", responde.
Porque, ojo, estas bicis no se compran, son echas a mano. "Se hacen en casa, nosotros hacemos nuestros propios chasis", recalca el deportista celanovense.

Las bicis tienen un peso máximo de 34 kilos, piloto aparte lógicamente. A imagen y semejanza de los pilotos de motociclismo del Mundial, la salida se toma de pie. Es entonces cuando cobra una importancia capital el empuje que se dé el deportista. "Tienes que salir a por todas, con toda la fuerza de la que seas capaz. Debes ir a tope, sabedor que si tomas lentamente una curva estás perdido", subraya. 

Poco más de kilómetro y medio era el recorrido de la prueba del campeonato del mundo. 1.55 minutos hizo el ganador, 1.56 marcó Fran.


Un trofeo, un metal... y unos aplausos


Fran Campos subió al cajón y allí recibió un trofeo, la medalla de plata... y un buen montón de aplausos de los aficionados congregados en las cunetas, más tarde en el podio. "Fue bonito, es una competición que no se hacía desde el año 2009. Nos apuntamos en el mes de marzo. Duró varios días y en ellos nos proporcionaron alojamiento y nos dieron comida y cena", recuerda.

Cinco fueron las categorías del campeonato, in line (patines), Open dh (longboard), street luge, classic luge y gravity bike. Cerca de 150 fueron los participantes, de 13 países. "La pista no era demasiado rápida, podías irte a poco más de 80 kilómetros hora. En el arranque coges los 32 ó 33 y luego la aerodinámica es decisiva. Frenar, frenar lo más tarde posible, ahí está la clave", reseña.

Te puede interesar