RALLYCROSS

Un fin de semana atípico en Montealegre

mg_1650_result
photo_camera Dos jóvenes aficionados, megáfono y cartel en mano, demuestran a qué piloto van a animar.

La jornada de competición del domingo, llena de cambios en el clima, no hizo decaer el ánimo de los aficionados

Pocos o prácticamente ninguno de los que se dieron cita en el circuito de Montalegre se creían la previsión del tiempo que miramos y remiramos durante las jornadas previas.

El sábado el clima dio una tregua, pero el domingo se vengó con todas sus ganas. No contento con castigar al sacrificado público que volvió a llenar las gradas del circuito (que este año amplió su aforo hasta los 15.000 asientos) con temperaturas que nunca superaron los diez grados, se encargó de dejar todo un repertorio de fenómenos atmosféricos que volvería tarumba al más aficionado a la meteorología.

Por suerte, el frío no se trasladó ni a la grada ni a la pista, deseosa de pasar un gran día a pesar de los palos en la rueda puestos por los dioses del tiempo. Bien armados de ropa de abrigo, mantas e incluso una especie de tienda que ocupaba varias filas en la grada de final de recta de meta (en un claro ejemplo de arquitectura que maximizaba costes y materiales), los seguidores de los Solberg, Loeb, Kristoffersson o el frustrado por no entrar en la final Mattias Ekström disfrutaron de un día de motor de altísimo nivel.

Tampoco faltaron las chicas Monster con la ya clásica fiesta las dos jornadas, ni el sufrido grupo de organizadores, siempre pendientes de que todo lo que prepararon durante un año salga a pedir de boca, como así fue.

Y la firma de autógrafos, un acto imprescindible para acercar a los aficionados a su ídolos, que salieron de la carpa instalada en el paddock llenos de obsequios, camisetas y alguna que otra gorra de piloto.

Ahora después de un fin de semana de competición, turno para pensar en cómo mejorar un evento que tiene garantizada su presencia en el calendario del Mundial de rallycross durante las próximas campañas.

Te puede interesar