Los Fraguas, pasión por 
el motor por partida triple

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photo_camera Alberto, Tito y Alex Fraguas, junto a los vehículos con los que compiten habitualmente.

Alberto, Alejandro y Tito compiten con tres vehículos en la mayor parte de pruebas del Campeonato Gallego de Montaña 

El deporte, si es en familia es sin duda mucho más interesante. Acostumbrados a ver a padres e hijos compartiendo equipo de fútbol o baloncesto, resulta menos habitual pasear por el parque de asistencia de un rally o subida y contemplar a tres miembros de la misma familia compitiendo juntos.

Alex, Alberto y Tito, son el firme ejemplo de que el deporte, en familia, es mucho más que una afición.

Alberto, habitual de las pruebas gallegas con un Bmw 323, fue el que primero dio el paso en el mundo de la competición. En una familia habitual de los rallys de clásicos, él fue el que con 18 años recién cumplidos se hizo con un "Citroën Ax. Fue en el año 2012 y ahí empezó todo. Nosotros ya seguíamos las pruebas por nuestro padre, que nos metió el gusanillo por este deporte y el resto ya vino solo. Además, a final de ese año debuté en rallys con mi pareja Elodie, que quería probar y desde entonces es mi copiloto. Lo hace muy bien y la verdad es que le encanta".

Casi como una consecuencia lógica del primer impulso de Alberto, en 2013 llegó el turno de Alejandro, que 'heredó' el Ax y ahora compite con un Saxo. "Debuté en una subida a Lemos en verano de ese año, que es cuando podía compaginarlo con el basket. Siempre nos gustó mucho el motor y lo cierto es que nuestro padre nos apoyó desde el principio", afirma el jugador del Bosco Aceites Abril de Tercera.

Y tal fue el apoyo desde las asistencias que pasó lo que muchos de sus amigos y conocidos esperaban, el debut paterno. Entre los tres hijos de Tito, Adrián (el mayor que no compite), Alberto y Alex adquirieron un Porsche con el que el padre dio el salto para correr, en principio de forma esporádica. Pero este hombre de "sangre caliente" como destacan sus hijos, se ha ido "aficionando cada vez más. Y esa compensación 'venenosa' que me hicieron mis tres hijos se ha transformado en un una verdadera afición. Cada vez quieres que el coche corra más y competir en el mayor número de pruebas".

Además, como destaca Tito, competir con la familia, especialmente en la montaña "es algo que nos encanta. Es una modalidad en la que todo es más familiar y para nosotros eso resulta clave. Tenemos también una asistencia espectacular, a la que compenso siempre con un magnífico churrasco que yo hago (se ríe) y lo cierto es que disfrutamos mucho".

Ahora, con tres Fraguas en competición "por mucho tiempo" y dos nietos, quizá es el turno de dar un pasito más. "Nos hemos planteado el kart para el ahijado el hijo mayor de Adrián, pero vamos a esperar el año, eso sí, compaginándolo con el baloncesto", zanja el más veterano de los miembros de esta familia de aficionados al motor.
 

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