El Rally de Ourense está de aniversario. Uno de los eventos deportivos más destacables del panorama nacional cumple cincuenta años de vida.
Medio siglo ya desde que Estanislao Reverter, precursor a su tiempo en muchos aspectos de su vida, se decidiese a organizar una prueba automovilística en la ciudad que tanto amaba y de la que tanto presumía allá donde iba.
Un Rally de Ourense que no tardó en asentarse en el corazón de prácticamente todos los habitantes de la ciudad, a los que ya les resulta complicado imaginarse un mes de junio sin el sonido de los coches de competición cruzando las calles de Ourense.
Y es que la prueba ourensana hace ya mucho que ha cruzado las barreras meramente deportivas. Cincuenta años dan para mucho y la gran mayoría de los ourensanos cuentan con algún recuerdo relacionado con el rally, algo que no está al alcance de muchos eventos anuales.
Más allá de las fronteras de la provincia el amor por el rally es evidente. Pilotos, copilotos y organizadores de otras pruebas destacan cada año el esfuerzo por sacar adelante una prueba histórica, con un trazado atractivo y caracterizado por su dureza, uno de sus puntos fuertes.
Tras haber recorrido la provincia, la ribeira sacra se ha erguido como monumento
Tras haber recorrido la provincia en sus cuatro puntos cardinales, la zona de la Ribeira Sacra se ha erguido como monumento y lugar de peregrinaje para los aficionados, con el Cañón do Sil como claro referente.
Por las carreteras de la provincia, ya fuese en Avión, Luintra, Bande, Toén o Castro Caldelas han pasado algunos de los mejores pilotos y copilotos nacionales e internacionales, todos con la misma opinión: "El Rally de Ourense es único".
Los Tramont, Balcázar, Bagration, Zanini, Cañellas, Sordo, Puras, Etchebers, Peitos, Vallejo o Fuster siempre han mostrado su amor por un rally que vivirá una fiesta entre los días 9 y 10 de junio, cuando los mejores pilotos del nacional vuelvan a surcar la provincia.
La nostalgia invita a hacer un repaso de años anteriores. La satisfacción del trabajo bien hecho se convierte en un soplo de aire que empuja a seguir adelante con la misma energía que la primera edición, aquella en la que un empresario, mecenas, deportista y un poco soñador, quiso situar de forma clara y concisa en el mapa a una ciudad del norte que ha terminado siendo un referente en cuanto a automovilismo.
El Rally de Ourense cumple sus bodas de oro, cincuenta años de pasión irrefrenable que vuelve a la carretera cada año.n
