REPORTAJE

Fin a 20 años de lucha vecinal

photo_camera Una grúa arranca el poste del tendido que facilitaba el suministro de energía a la subestación(MARCOS ATRIO)

La subestación eléctrica de Verín ya es historia. La compañía comenzó a desmontarla tras 20 años de reclamaciones vecinales, argumentando que las instalaciones emitían radioactividad.

Alumnos y profesores de los colegios Xesús Taboada Chivite, Princesa de España y García Barbón, así como empresarios y vecinos de la avenida de Portugal de Verín, respiraban ayer tranquilos al comprobar como operarios de Fenosa-Gas Natural retiraban los cables, transformadores de corriente, bobinas y postes de la hasta ahora subestación eléctrica de la villa, desde la que se suministraba energía a toda la comarca de Monterrei. "A satisfacción é enorme", señalaba el director del IES Xesús Taboada Chivite, Juan Guerra.

El desmantelamiento de las instalaciones, situadas en la citada avenida, prácticamente en el centro del casco urbano, es posible tras la puesta en funcionamiento el pasado mes de julio de otra subestación en el Polígono Industrial de Pazos, con una partida de más de 7.800.000 euros, que aportaron la Consellería de Industria, la compañía eléctrica y Concello.

Lejos de la inversión, el desmantelamiento se convirtió en todo un acontecimiento. Vecinos, empresarios de la zona e incluso los estudiantes de los centros próximos no ocultaban su alegría, porque se pone fin a dos décadas de reclamaciones vecinales que terminaron ante los tribunales de Justicia.

Juliana Fernandez tiene su casa prácticamente pegada a la desmantelada subestación y fue una de la promotoras del movimiento vecinal para que fuera trasladada a otro lugar. "Fixemos moito ruido, foron moitos anos de loita e claro que estamos contentos. A xente non está eiquí, pero vai haber unha festa", explicó, recalcando que la subestación generaba ruidos y emitía contaminación.

La pared del colegio Xesús Taboada Chivite hace medianera con la subestación. Juan Guerra recordaba ayer que en el curso 78-79 ya se planteó la primera idea para que fuera desmontada. "Non hai un informe riguroso sobre os danos que pode ter causado á saúde, pero todos estabamos ca mosca tras da orella. Persoalmente creo que non era boa para nosa saúde, dado que pasamos moitas horas no centro", explicó.

El alcalde, Juan Manuel Jiménez Morán, acudió al lugar acompañado del delegado de la compañía en Ourense, Ruben Menéndez, y se refirió a la posible contaminación que generaban las instalaciones. "A todos os alumnos e profesores que pasaron polos colexios a día de hoxe non lles pasou nada", apuntó el regidor, satisfecho con el desmantelamiento de las instalaciones. "Era unha reivindicación dos veciños, que desde un pricipio dixemos que íamos atender", añadió el regidor. El desmontaje se prolongará durante una semana, quedando al final un solar de 4.000 metros cuadrados, propiedad de la compañía eléctrica. Rubén Menéndez declinó ayer aventurar a que será destinado el terreno, pero todo apunta a que será para construir edificios.

La eliminación de la subestación conllevó la retirada hace unas semanas de 54 postes y 31 kilómetros de cables, que discurrían por fincas particulares, calles e incluso afectaban a casas. "Se liberó mucho terreno en el que ahora los dueños pueden construir o trabajar", comentó Jiménez Morán.

Entre estos está Benigno García, que tiene una finca pegada a lo que fue la subestación. Este vecino trabajaba el terreno, pero la producción, según dice, no era buena ni abundante, por lo que no descarta destinar ahora el terreno a viviendas.

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