Pidió la palabra en el pleno para explicar los motivos del retraso financiero-contable en el consistorio
En muy pocas ocasiones los funcionarios de los servicios jurídicos y de intervención de un Concello piden la palabra para replicar la intervención del grupo del gobierno o del portavoz de la oposición, como así ocurrió en la sesión plenaria del pasado jueves en Verín después de que Juan Manuel Jimenez Morán acusase al bipartido del bloqueo contable que sufre el consistorio local.
Jiménez Morán intentaba poner como ejemplo su gestión, cuando ya era interventor Jesús Blanco Giró, y fue éste, después de la alocución del primero, el que salió no sólo en defensa de su labor sino también en parte de la del grupo de gobierno que preside Gerardo Seoane.
Blanco Giró reconoció que "existe un importante atasco en cuestiones clave para el buen funcionamiento del Concello. El líder del Partido Popular reclamaba un plan de disposición de fondos, o que no se cumplía con escrupulosidad la prelación de pagos a proveedores. Estas, y otros apuntes que él mismo refería en sus alegaciones al presupuesto del 2017, son funciones inherentes al puesto de tesorero que ahora es obligatorio, y que hasta el momento se desempeñaban con el apoyo de un técnico que, por cuestiones de salud de todos conocidas, pasa gran parte del año de baja médica", señaló Blanco Giró.
El interventor confirmó que esta responsabilidad es "un poco" compartida tanto por la administración local como por la estatal. "Es el grupo de gobierno el que debería haber cubierto con anterioridad las plazas de técnicos que ahora sí se han incluido en la relación de puestos de trabajo, pero también la Administración del Estado es la que debe cubrir la plaza de tesorero o, en su defecto, la Xunta de Galicia, con interinos", concluyó.
