CRÓNICA

"Isto foi o inferno, crín que ardía todo o pobo"

OURENSE. 04.08.2017 VILARDEVOS, VERIN. INCENDIO FORESTAL. FOTO: MIGUEL ANGEL
photo_camera Las llamas arrasaron 1360 hectáreas en Verín.

El paisaje de pueblos como Queirugas o Osoño se volvió desolador. Árboles y colmenes reducidas a cenizas y caminos fundidos al negro, con cadáveres de pájaros y un corzo y un jabalí que no pudieron escapar del fuego.

Alguien tiña intención de queimar esta zona e logrouno, porque xa houbo tres incendios en Vilamaior nos últimos días". Con estas palabras se refería ayer el vecino José González al incendio que se inició en la tarde del jueves en Verín. Las llamas calcinaron fincas de su propiedad entre Queirugás y Vilamaior y el hombre aún no salía  ayer de su asombro. "Qué gañan con queimar? Esto soio pode ser obra de un louco", se lamentaba.

En el pueblo de Queirugás esgrimen el mismo argumento. Los vecinos recorrían en la mañana de ayer sus propiedades para comprobar el alcance del fuego. "Non había luz para sacar auga dos pozos e mollar polo menos o tellado da casa. Esto foi o inferno, crín que me ardía todo o que teño", repetía una vecina, señalando sobre el terreno el lugar de su jardín  hasta el que llegaron las llamas. 

El vecindario pasó la noche en vela, igual que los habitantes de las aldeas de Osoño, en Vilardevos. "O lume chegou un momento que daba medo", explican a dúo dos vecinas, agradeciendo la labor de los efectivos antiincendios, Guardia Civil, militares y bomberos. "Se non é por eles, ardemos", apunta el residente Antonio Fernández, puntualizando que aunque pretendieran escapar no tenían por donde hacerlo. "O fogo cortou todas as estradas", recordó.

Entre los pueblos de  Queirugás y Osoño se aprecian decenas de señales viarias carbonizadas, paneles turísticos ardidos y colmenas y árboles frutales convertidos en cenizas. Por el camino también se observan cadáveres de pájaros e incluso el de un corzo y un pequeño jabalí que no pudieron escapar del fuego.
A las nueve de la mañana de ayer desde el área de recreo de Fumaces, que en otra época prestó servicio a los múltiples camioneros que circulaban por la carretera N-525, no se apreciaba ni un simple ave sobrevolando entre la densa humareda, cuando hasta ahora era un refugio para las tórtolas, perdices y codornices, entre otras especies.

En esta zona, incluso ardieron los troncos de madera que un empresario tenía acumulados tras realizar una tala en Vilardevós.
El espacio congregó durante la jornada de ayer a numerosos curiosos para observar el alcance del fuego, la superficie carbonizada.
Mientras, el alcalde de Vilardevós, Manuel Cardoso, recordaban que es "muy triste" lo que sucedió al tiempo que se mostraba satisfecho "porque, salvo o que ardeu, no hai que lamentar unha desgraza,  unha pérdeda de vida humana. E digo esto porque as cousas pintaban moi mal cando chegou a media noite, co frente que alcanzou o lume", aseguró. 

“Sentimos que todo era el final, que no salíamos de allí"

Amparo Sánchez todavía tiene los nervios en el cuerpo. Ella es la cara visible del grupo Amparanoia que grabó el incendio de Verín desde dentro. "Íbamos grabando el fuego y de repente nos vimos sorprendidos por las llamas. Cuando las vimos a escasos metros, no sabíamos si íbamos a salir del incendio. Se nos caló la furgoneta al darle marcha atrás, pero tras encenderlo pudimos ponernos en la cola que estaba detrás nuestra". Respira y continúa. "Sentíamos que era el final. Cuando salimos, llegamos a un área de servicio y fue cuando colgamos el vídeo en Twitter". Todo quedó en un susto.

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