Paulino Álvarez González tiene 55 años, lleva 19 fuera de la tierra que lo vio nacer, Vilardevós. Hijo de Antonio -cartero antaño en los pueblos de Bustelo, Flaira, Trasigrexa y Santa María- y Manuela, decidió en su día y llamado como interino por la Junta de Andalucía, colocarse en la otra punta del mapa.
Puso tierra de por medio "también para superar la muerte de mis padres, yo era hijo único y decidí darle el giro a mi vida que siempre había querido". Cayó en gracia en La Herradura, Granada, hasta el punto de acabar consolidando un certamen poético de amplio reconocimiento en Andalucía, y promovido por la asociación en la que participa activamente como tesorero: "Amigos de La Herradura".
Resulta curioso que uno de Vilardevós, gallego hablante, acabe por poner en marcha un certamen literario en la otra punta del país.
Te diré además que han sido un gallego y un asturiano los que lo han puesto en marcha. Empezó como una convocatoria puntual y este año hemos cumplido las diez ediciones.
Me gustaría saber cómo se le ocurrió tal iniciativa.
La poesía es el alma de la libertad, por eso puse en marcha este proyecto. Lo hice también como un sentido homenaje a estas tierras y a estas gentes por lo bien que me acogieron. Es un paisaje maravilloso, una ribera del Mediterráneo, con una luz que te atrapa.
Pero no quiero olvidarme de Latinoamérica, desde donde recibimos muchas obras a concurso, porque este certamen ya adquirió carácter internacional con más de 300 presentadas en su última edición.
Con 55 años y casi una veintena fuera, me da que acabarán sus huesos en Andalucía.
¡Oh, no! Te equivocas. La morriña está pudiendo conmigo, y no creo que tarde mucho en volver a mi tierra, a Vilardevós. Creo que aquí he cumplido mi etapa y me iré dejando un lugar de extraordinarias gentes.
