CONCELLO

Verín rubrica la propiedad del balneario de Caldeliñas

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photo_camera En las últimas semanas se han llevado a cabo labores de adecentamiento en sus inmediaciones.

El alcalde firmó la escritura notarial con la que ejercía la opción de compra de las instalaciones

El alcalde de Verín, Gerardo Seoane, firmó ayer ante un notario de la villa y los apoderados de una entidad financiera la escritura que regulariza la titularidad del balneario de Caldeliñas, toda vez que pese a estar el leasing completamente pagado a ese banco ya en diciembre del 2014, todavía no se había ejecutado la oportuna opción de compra -que suele corresponderse con la última de las cuotas del préstamo-.

Ese ligero pero necesario trámite concede, de manera explícita, la titularidad de la propiedad a todos los verinenses y permitirá que la misma se inscriba debidamente en el Registro de la Propiedad. 

Además, el regidor confirmó que se regularizán también "pequeños flecos con algunos predios que están en las inmediaciones, a los que se les ha ofrecido a sus titulares una permuta para poder dar carta de naturaleza a unos terrenos que ya estamos ocupando para el ajardinamiento del entorno", explicó Gerardo Seoane. 

Al tiempo que se normaliza la propiedad del balneario, el Concello continúa con la tramitación de la declaración mineromedicinal para las aguas que han vuelto a brotar de sus pozos. Además, se está llevando a cabo un amplia operación de adecentamiento de los exteriores del viejo balneario, para completarla con un extenso jardín que invite al transeúnte a adentrarse de nuevo en las instalaciones termales. 

COMPRADO EN 2004

El balneario de Caldeliñas fue comprado por el Concello de Verín a un particular en el 2004, cuando el gobierno local estaba en manos del tripartito. Su coste superó los 250.000 euros, financiado a nueve años y nueve meses. Sin embargo, nunca se llegó a obtener la declaración de agua mineromedicinal, necesaria para la autorización de la Xunta como instalación termal, pese a haberla iniciado el anterior grupo de gobierno. 

En la actualidad, el bipartito verinense ha retomado la gestión para obtener esa calificación de manera definitiva y poder destinar el balneario a diferentes usos, entre ellos, el de la comercialización de envases presurizados de agua de Caldeliñas, con capacidades probadas para tratamientos de problemas de piel.

En sus proximidades también se estudia la edificación de un balneario y una residencia de ancianos, proyecto que baraja la Fundación San Rosendo y de la que todavía no se conoce su intención definitiva.

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