El Foro 2000 de Praga atrae a destacados intelectuales, empresarios y personalidades de la política y la cultura.
El Foro 2000 de Praga, que desde 1997 atrae a destacados intelectuales, empresarios y personalidades de la política y la cultura, inauguró hoy en la capital checa su vigésima edición bajo el título "El valor de asumir la responsabilidad".
El evento sigue el legado del legendario dramaturgo y luego presidente checo Vaclav Havel, fallecido en 2011.
Pretende promover los valores democráticos y el respeto a los derechos humanos, el desarrollo de la sociedad civil y el fortalecimiento de la tolerancia religiosa, cultural y étnica.
Entre los temas a debatir este año está la crisis de liderazgo democrático y la fragilidad de las instituciones democráticas.
En ese sentido, uno de los paneles se titula: "Una Europa sin líderes: ¿Vamos camino del desastre?"-
Entre los participantes este año destacan el líder espiritual del Tíbet y premio Nobel de la Paz, el Dalai Lama, los expresidentes de Costa Rica y premio Nobel de la Paz Oscar Arias, y del Parlamento Europeo, el polaco Jerzy Buzek, entre otros.
Además, asisten varios activistas de derechos humanos, como el ruso Garry Kasparov o la cubana Rosa María Payá, o el periodista y antiguo disidente polaco Adam Michnik.
En el panel "América Latina: ¿Dos generaciones, una visión?", que versó hoy sobre la crisis de liderazgo, Arias animó a las nuevas generaciones "a no mirar desde la barrera el espectáculo que están dando los políticos actuales", sino a involucrarse más.
"Un país donde todos están al margen es un país a la deriva", dijo el expresidente, que ha renunciado a postular a un tercer mandato presidencial, prefiriendo ceder el relevo a otros.
Aprovechó para criticar que "viejos políticos" como los chilenos Ricardo Lagos o Sebastián Piñeira quieran presentarse como candidatos presidenciales en su país, en lugar de ceder protagonismo a políticos más jóvenes.
En el foro de este año, que dura hasta el miércoles próximo, se hará balance de estas dos décadas de existencia y la influencia que tuvo Havel en los procesos políticos de Latinoamérica.
"Mi padre y Vaclav Havel se identificaron como dos personas que creían profundamente en el ser humano y que trabajaban por transformar la sociedad para el ser humano", señaló hoy Rosamaría Payá, hija del fallecido disidente cubano Oswaldo Payá.
Todo ello, "con el ciudadano en el centro, con el poder de los sin poder, como decía Vaclav Havel, y con la recuperación de la ciudadanía", agregó la activista cubana.
"Entre ellos la amistad fue muy profunda, muy inmediata. Havel acompañó mucho el proceso de lucha democrática de mi padre, y también se convirtió en una de las voces que contenía la impunidad del gobierno cubano", concluyó Payá
