El atentado contra un rabino eleva la tensión en Jerusalén

photo_camera El rabino Yehuda Glick observando la explanada de las mezquitas desde la ciudad antigua de Jerusalén (MIRI TSACHI)

Israel cerró la Explanada de las Mezquitas, medida que no había tomado desde hace 40 años

Israel cerró ayer el acceso de los musulmanes a la Explanada de las Mezquitas, una decisión sin precedentes desde la Guerra de los Seis Días de 1967, en medio de una creciente tensión en los barrios árabes y el casco viejo de la ciudad santa. La decisión fue adoptada después de que la noche anterior un presunto pistolero palestino tratara de asesinar a tiros en la parte oriental de la ciudad al rabino Yehuda Glick, líder de una organización ultranacionalista y mesiánica que promueve la colonización de Jerusalén y el cambio del status quo en la citada explanada, el tercer lugar más sagrado del Islam.

Según la versión oficial, Mutanaz Hijazi, un ex convicto de 32 años miembro del grupo radical palestino Yihad Islámica, se acercó al religioso a la salida de una conferencia en el centro Menachen Begin, en Jerusalén Este, y tras preguntarle por su nombre le descerrajó tres tiros. Hijazi, que trabajaba en el restaurante del centro Begin, fue posteriormente abatido a tiros por la Policía israelí en el barrio árabe de Abu Tor.

Las autoridades israelíes adujeron "razones de seguridad" para cerrar por completo la explanada tanto a los musulmanes como a los turistas. Esto último no ocurría desde que a finales de septiembre de 2000 entró allí el entonces líder de la derecha y luego primer ministro israelí, Ariel Sharón, en un acto que se considera el detonante de la segunda Intifada.

La medida fue condenada tanto por el jeque a cargo de la gestión del recinto, Azam Tamimi, como por el Gobierno de Jordania, que ejerce allí la autoridad desde los acuerdos de paz de 1994.

Naftalí Bennet, ministro de Economía y líder ultranacionalista y pro colono, aseguró que la mezquita de Al Aqsa volverá abrir hoy para todos los fieles.

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