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Brasil refuerza la seguridad tras el ataque a un campamento de venezolanos

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La ciudad de Paracaima, único paso fronterizo entre Venezuela y Brasil, fue escenario de incidentes violentos contra venezolanos el pasado sábado

El Gobierno de Brasil reforzó este lunes la seguridad en la frontera, tras el ataque de ciudadanos brasileños a campamentos de inmigrantes venezolanos en la empobrecida ciudad de Pacaraima, y reiteró su negativa a cerrar el paso con Venezuela.

Unos sesenta agentes de la Fuerza Nacional de Seguridad, formada por personal de la Policía Federal, se desplazaron este lunes al estado amazónico de Roraima, limítrofe con Venezuela, para garantizar el orden en Pacaraima.

La ciudad, único paso fronterizo entre Venezuela y Brasil, fue escenario de incidentes violentos contra venezolanos el pasado sábado, aunque la situación ya "está tranquila", informaron las autoridades brasileñas.


Un grupo de residentes de esta ciudad, situada al norte de Brasil, expulsó a centenas de inmigrantes, después de que un comerciante local fuera atracado y herido supuestamente por un grupo de venezolanos.


Las tiendas de un pequeño campamento de inmigrantes, así como sus pertenencias, fueron incendiadas por ciudadanos brasileños que llegaron a cortar durante cinco horas la principal vía de acceso al municipio, al grito de "Fuera venezolanos".

El venezolano Juan Romero, quien vive en Pacaraima desde el pasado abril, afirmó que lo ocurrido el sábado era una "situación que se veía venir", debido a que el "Gobierno local no puede y no tiene cómo soportar la avalancha" de inmigrantes "que llegan todos los días".

"Muy pocos hemos tenido la suerte de asentarnos aquí y tener un trabajo estable para por lo menos tener el pan de cada día. Muchos de mis compatriotas preferían dormir aquí en las calles y no morir de hambre en Venezuela, pero ante esta violencia han preferido preservar sus vidas y pasar de nuevo necesidad" en Venezuela, dijo Romero.


Tras el suceso y los disturbios, las autoridades del estado de Roraima volvieron a pedir al Tribunal Supremo que interrumpa la entrada de ciudadanos del país vecino, aunque el Gobierno brasileño reiteró que el cierre de la frontera es "impensable" y sería "ilegal".


El Gobierno de Roraima, al que la Corte Suprema negó una solicitud similar recientemente, ha vuelto a alegar que no está en condiciones de atender las demandas de "salud y seguridad" que imponen los inmigrantes y pidió otra vez que la frontera sea cerrada "temporalmente", sobre lo cual el tribunal aún no se ha pronunciado.

El ministro de Seguridad Institucional de la Presidencia de Brasil, Sergio Etchegoyen, subrayó que un eventual cierre de fronteras violaría las leyes que amparan a los inmigrantes en Brasil y "no ayudaría en nada a la cuestión humanitaria".

Además de los sesenta agentes de la Fuerza Nacional que llegaron este lunes a Roraima, otros sesenta deberán trasladarse en los próximos días para combatir el tráfico de drogas y de armas y la entrada ilegal de venezolanos en la frontera, según el departamento.


El Gobierno ha autorizado también el envío de una comisión interministerial para evaluar la situación en la región y ver qué "más puede ser hecho" por parte de las autoridades.


Según cálculos oficiales, unos 50.000 venezolanos han ingresado al país por Pacaraima durante el último año y medio huyendo de la crisis económica y social que vive Venezuela.

La población de Pacaraima -a 214 kilómetros de Boa Vista, capital de Roraima- se ha duplicado en los últimos años y supera actualmente las 11.000 personas, tras el aumento de la inmigración venezolana.

El Gobierno brasileño ha instalado campamentos para acoger a estas personas tanto en Pacaraima como en Boa Vista, donde se traslada la mayor parte de ellas, y además ha ofrecido facilidades a los venezolanos para que reinicien sus vidas en otras regiones del país.

Hasta ahora, sin embargo, sólo unos 800 venezolanos han sido ubicados en diferentes ciudades brasileñas, como Sao Paulo, Manaos, Brasilia y Río de Janeiro.

"Los que están siendo trasladados a Sao Paulo, a Boa Vista, no son nada comparado a los miles de venezolanos que están llegando aquí, a un municipio de este tamaño. Antes de ir hacia otras ciudades, pasan mucho tiempo aquí", afirmó a los periodistas Vandemberg Ribeiro Costa, funcionario público y uno de los líderes de la manifestación contra venezolanos.

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