China busca conjugar Estado de Derecho con partido único

photo_camera La reunión anual del PCCh coincide este año con la protesta estudiantil en Hong Kong (ROLEX DELA PENA)

El Partido Comunista inicia hoy cuatro días de plenario anual bajo el lema de "el imperio de la ley"

El Partido Comunista de China (PCCh) inicia hoy, lunes, su plenario anual, una trascendental cita en la que los líderes chinos han prometido debatir reformas del Poder Judicial para avanzar hacia un Estado de Derecho, aunque dentro de un sistema de partido único que Pekín quiere mantener a toda costa. A puerta cerrada, y con el secretismo habitual (se desconocen tanto la lista exacta de asistentes como el lugar concreto de las reuniones), los líderes chinos, encabezados por el presidente Xi Jinping, celebrarán cuatro días de debates que cada año están presididos por un lema, en esta ocasión el "imperio de la ley".

Según los observadores, el objetivo de Xi es reforzar el sistema legal para que el Partido Comunista de China esté verdaderamente por debajo de las leyes, dando mayor independencia judicial a los tribunales, aunque ello no tendría por qué traducirse en mayores libertades a la ciudadanía, ni mucho menos en la instauración de un sistema pluripartidista. "El Estado de Derecho sólo puede suscitar consenso si la construcción de un país regido por la ley no prescinde del monopolio político del PCCh", opina el experto Xulio Ríos, director del Observatorio de la Política China, quien sí espera que se otorgue "más poder a las asambleas y más independencia a la Justicia".

Para otros analistas, en el seno de la Escuela Central del Partido (el corazón ideológico del PCCh), es un paso más en los planes de Xi de sanear la formación gobernante para que sea mejor aceptada en una China en gigantesco cambio social y económico pero donde la política sigue inamovible desde hace más de tres décadas. Llegado a la dirección del partido en 2012 y a la presidencia del país en 2013, Xi ya comenzó ese "saneamiento", que no revolución, con una campaña anticorrupción que vive su mayor intensidad este año, en el que raro es el día en el que la propaganda no revele un nuevo escándalo de malversación o sobornos entre altos cargos.

De hecho, se espera que en el plenario del partido de la próxima semana se debata también otra importante cuestión, el futuro del exlíder Zhou Yongkang, quien con la anterior generación de líderes comunistas fue uno de los políticos de más influencia y poder en el país pero ahora afronta graves acusaciones de corrupción. Zhou, antiguo ministro de Seguridad Pública y exmiembro del Comité Permanente del PCCh (la cúspide de la jerarquizada pirámide de poder de la formación, constituida actualmente por siete miembros), podría ser expulsado de la misma durante el plenario, lo que abriría la puerta a su esperado juicio.



Credibilidad

En todo caso, el hecho de que en el plenario del PCCh vaya a debatirse el futuro del esperado juicio a Zhou resta credibilidad, según los más críticos, a las promesas de mayor independencia judicial e "imperio de la ley" que pregona el régimen de Xi Jinping. Tampoco ayudan a hacerse ilusiones las protestas que desde hace semanas se viven en Hong Kong para pedir una democratización real de la excolonia británica, que han sido ignoradas por Pekín y dejadas en manos de las autoridades locales del territorio, mientras la información sobre ellas es censurada en el resto del país.

Sin embargo, en palabras de Ríos, el plenario "podría mostrarnos un sincero afán de las autoridades por poner coto al abuso de poder, la injusticia, la arbitrariedad y la ausencia de moralidad" que tantos conflictos sociales han producido en la China de los años recientes, pese a su rápido crecimiento económico.

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