Críticas contra el primer ministro polaco por ponerle escoltas a su hija

La protección de escoltas oficiales brindada a la hija del primer ministro de Polonia suscitó hoy críticas en los medios polacos, pese a que Donald Tusk aseguró que su familia ha recibido amenazas de muerte en los últimos meses.

Katarzyna, la hija del primer ministro, Donald Tusk, cuenta con un servicio especial de seguridad después de recibir anónimos que amenazan con una venganza por el accidente aéreo de Smolensk (Rusia), en el que murieron los 96 ocupantes del avión presidencial polaco, incluido el presidente Lech Kaczynski, en abril de 2010.

Para medios como el diario "Gazeta Prawna", es inadmisible que la hija de un político, aun cuando se trate del primer ministro, se beneficie de un servicio de seguridad que está destinado a proteger a miembros del Gobierno y asistentes a encuentros de alto nivel.

Otros, como la emisora TOK FM matizan sus críticas y recuerdan que en países como Estados Unidos también se protege a las familias de los dirigentes.

Entre los mensajes recibidos por Katarzyna Tusk, de 27 años y bloguera de moda, se incluyen amenazas directas contra su padre, al que los anónimos llaman "mestizo", en referencia al origen no polaco que algunos grupos radicales alegan tiene la familia Tusk.

Para estos grupos, el origen de Tusk le impide representar debidamente los intereses de Polonia.

"Dile al mestizo pelirrojo que lo vamos a matar por el asesinato de Smolensk. Perra desempleada, tú también vas a morir y toda vuestra familia será asesinada porque hay que erradicar toda la estirpe del mestizo pelirrojo", dice uno de esos mensajes.

El año pasado, ya fue detenido un químico que pretendía atentar con explosivos contra el Parlamento de Polonia y acabar con "el mestizo pelirrojo" y con los principales políticos polacos.

Para gran parte de la oposición polaca, el accidente de Smolensk, del que estos días se conmemoró el cuarto aniversario, fue en realidad un atentado terrorista en el que podría estar involucrado el Kremlin.

Un 26 por ciento de la población polaca cree que las autoridades ocultan la verdad del siniestro aéreo y acusan a Moscú de estar detrás o, al menos, de ser parcialmente responsable de la caída del aparato.

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