POBREZA EN LA INDIA

Un devastador incendio deja al descubierto la India más miserable

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photo_camera Dos personas caminan entre los restos de un poblado de chabolas devorado por el fuego, en la India. (EFE)

Sólo en Nueva Delhi, casi dos millones de personas subsisten en barrios de chabolas

Un devastador incendio en un barrio de chabolas de Nueva Delhi ha dejado sin hogar ni pertenencias a unas 4.000 personas y ha sacado a la luz la miseria en la que viven millones de familias que emigran del campo a la ciudad en la India.

"Estaba en casa cuando un niño comenzó a gritar: '¡Fuego! ¡Fuego!' Salí corriendo y eché dos tanques de agua. Pero una bombona de gas explotó y las llamas se extendieron. Salvé a dos niños. No pude continuar, hacía mucho calor", narra a Efe Anithu Rihman.

En menos de 10 minutos un millar de chabolas de madera, plástico y hojalata eran devoradas por el fuego, y ocho personas eran hospitalizadas con quemaduras leves.

Rihman -chatarrero de 25 años- no pudo rescatar sus escasas pertenencias y tampoco lo consiguieron el resto de lugareños, pues la mayoría de ellos, hacia las 8.30 de la mañana del pasado viernes, se encontraban en sus puestos de trabajo o en la escuela.

El barrio de chabolas o "slum" de Vasant Kunj, en el sur de la capital india, presentaba, cuatro días después, una imagen desoladora, con el suelo ceniciento salpicado por los restos que dejó el incendio: platos rotos, hojas de libros, trozos de tela.

En una de las tiendas de campaña instaladas temporalmente por el gobierno local -que proporciona también agua y comida- hasta que sean reconstruidas las viviendas, Amin Mia -pescadero de 38 años-, recordaba a Efe lo sucedido.

"A las 5 de la mañana había ido al mercado a comprar pescado y cuando regresaba me avisaron del incendio. No había nadie en casa. Mi mujer se había ido a trabajar y mis hijos al colegio. El dinero, los documentos importantes, todo se quemó", explica Mia.

El pescadero, que al igual que la mayoría de habitantes del "slum" es natural del Estado oriental de Bengala, asegura que sus únicas pertenencias son la ropa que lleva puesta -la misma del día del incendio- y las carteras del colegio de sus hijos.

Mia y Rihman pertenecen a los 42 millones de personas que, según estudios del Ministerio de Estadísticas de la India y del Censo, malviven en barrios de chabolas en las urbes indias, en su mayoría emigrantes procedentes de las zonas rurales más deprimidas del país.

Sólo en Nueva Delhi viven en "slums" 1,7 millones de personas.

De los 33.500 barrios de chabolas presentes en las ciudades indias, el 44% se encuentran ubicados en terreno privado, por lo que sus habitantes deben pagar por vivir en ellos prohibitivos alquilares, si se comparan estos con sus raquíticos salarios.

Según el diario Times of India, las chabolas del "slum" de Vasant Kunj siniestrado son controladas por unas 40 personas, que cobran mensualmente por el alquiler entre 1.500 rupias (unos 18 euros) y 2.000 rupias (24 euros).

"Este mes no podemos pagar el alquiler, aunque si no lo hacemos nos echarán. (El casero) no nos ayuda y construimos nosotros mismos las casas tras pedir préstamos", dijo a Times of India Jahanara Bibi, que trabaja como asistenta y cuyo salario por trabajar en varias casas puede rondar las 8.000 rupias (unos 95 euros).

El pescadero Mia, sin embargo, no comparte su opinión y dice que la persona que le arrienda la chabola es muy buena con ellos y si algún mes no tienen suficiente para pagar el alquiler, que varía entre 200 rupias (2,4 euros) y 300 (3,6 euros), "no pasa nada".

"Al contrario, si mi hijo está mal, por ejemplo, lo lleva al hospital. Han construido las chabolas, por lo que es lógico que les paguemos algo", añade Mia, que asegura que después de pagar las facturas suele ganar al mes unas 5.000 rupias (cerca de 60 euros).

Un miserable jornal que se une al hecho de que muchos han perdido en el siniestro todos los ahorros que tenían, pues al no disponer de cuentas bancarias guardaban todo el dinero en las viviendas.

"Muchos perdieron entre 30.000 rupias (unos 360 euros) y 35.000, una desgracia. En mi caso solo tenía 500 rupias, porque había enviado todo al pueblo hace poco. Pero mi padre, al no darle tiempo a sacarlo, perdió 60.000 rupias", concluye el chatarrero Rihman, padre de un pequeño que no cesa de juguetear junto a él. 

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