VUELCO ELECTORAL EN GRECIA

Dos extremos y un perfil económico común para gobernar a los griegos

photo_camera El líder de la izquierdista Syriza, Alexis Tsipras jura como nuevo primer ministro griego ante el presidente de la República, Károlos Papulias (YANNIS KOLESIDIS)

La izquierda radical Syriza llega a un pacto con la derecha nacionalista de ANEL, ambos contrarios a la política de austeridad

Grecia tendrá de ahora en adelante una alianza de Gobierno iné-dita formada por dos extremos, la izquierda radical de Syriza y la derecha nacionalista de los Griegos Independientes (ANEL), que sellaron ayer un pacto cuyo principal denominador común es combatir las políticas de austeridad.

ANEL, un partido fundado tan solo en 2012 fruto de una escisión de la hasta ahora gubernamental Nueva Democracia y dirigida por Panos Kammenos, expulsado en 2011 de ese grupo parlamentario al votar contra el segundo paquete de rescate, con motivo de una moción de confianza del Gobierno tecnócrata de Lukás Papadimos.

Los Griegos Independientes y Syriza comparten muchas posiciones en la política económica, pero ninguna visión de cómo debe ser una sociedad. Ambos han combatido ferozmente las políticas de austeridad aplicadas por el Gobierno de Andonis Samarás y los programas de ajuste impuestos por la troika de acreedores.

Las dos formaciones quieren acabar con la tradición del partidismo y nepotismo que ha marcado las últimas décadas de este país, y que es uno de los orígenes de la crisis económica. En ese sentido, abogan por un proceso de depuración de responsabilidades, con el levantamiento de la inmunidad parlamentaria de todos los diputados sospechosos de corrupción. También comparten la idea de exigir a Alemania reparaciones por los daños financieros causados durante la ocupación nazi.



el rescate y la deuda

Pero las similitudes acaban ahí. Syriza es un partido que aboga por el multiculturalismo y la tolerancia, mientras que ANEL es exponente de tradiciones ultraconservadoras, y demanda la introducción de un sistema educativo confesional y la lucha decidida contra la inmigración. El hecho de que estos contrastes no hayan sido obstáculo para formar un Gobierno demuestra que el acento del nuevo ejecutivo estará puesto fundamentalmente en temas económicos, es decir, en renegociar el programa de rescate y en buscar una quita de la deuda.

Ya durante la campaña electoral, el líder de Syriza, Alexis Tsipras, dejó claro que todo podía ser negociable en un futuro Gobierno, menos el denominado Programa de Salónica, un plan de reactivación de la economía y de lucha contra la crisis humanitaria cuyo coste asciende a 12.000 millones de euros.

Según los analistas, todo indica que se trata de un matrimonio de conveniencia con fecha de caducidado a medio plazo, pues son muchos los proyectos que se pueden llevar a cabo antes de tener que abordar las incompatibilidades.

Entre estos proyectos figura el restablecimiento de los salarios de los uniformados, que defienden ambos partidos, pero que también ha sido dictado por el Tribunal Supremo Administrativo, como la restauración de la televisión pública ERT. Tsipras, sin embargo, no podrá previsiblemente sacar adelante ninguna política de inmigración, ni tampoco el matrimonio entre personas del mismo sexo.

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