REFERENDUM GRIEGO

Francia y Alemania buscan una posición común para resolver la crisis de Grecia

En el horizonte de la eurozona hay ahora tres puntos a los que mirar con atención: EL BCE, los bonos públicos y los bancos privados

Si en algo hay unanimidad al hablar de Grecia es acerca del carácter público de esta crisis. Es una crisis pública, no privada. No podría decirse lo mismo de otros países, por cierto. Y si hay algo que no se puede olvidar es que los llamados acreedores son los propios organismos oficiales.

En el horizonte de la eurozona hay ahora tres puntos a los que mirar con atención, una vez sabido el resultado del referéndum, que parece dar alas al jefe de Gobierno de Grecia, Alexis Tsipras:

1) El Banco Central Europeo (BCE) y los organismos acreedores, incluido el Fondo Monetario Internacional (FMI), el primer acreedor ante el que Grecia no cumplió sus plazos de pago.

2) Los bonos públicos, que son los más afectados por esta crisis financiera y política.

3) Los bancos privados que tienen bonos de sus Estados y que han suscrito préstamos a Grecia.

Como consecuencia de todo ello, es más que probable que haya alteraciones en las Bolsas europeas.

El BCE ha estado tremendamente activo en esta crisis. Parece ser consciente de que los bonos soberanos son los que más pueden sufrir, de ahí el interés en contener la subida de la prima de riesgo. En principio parece que no se irá a 200 puntos, pero si así sucediese estaríamos hablando de un 4% en juego.

En las premisas de este análisis se partía de que si hay algo que no se puede olvidar es que los llamados acreedores son los propios organismos oficiales, lo cual explica la cita de Angela Merkel y François Hollande este lunes en París. Lo más probable es que, sea cual sea su decisión ante Grecia, Alemania y Francia van a unificar su posición, lo cual permitirá saber las reacciones posteriores.

En la Bolsa, los más afectados podrían ser los bancos europeos cuyos gobiernos tengan préstamos con Grecia. Y esto puede arrastrar los índices. En ese sentido, no sería extraño verlos fluctuar entre una caída inicial fuerte, para después ir corrigiendo.

Pero el índice más importante será el tipo de cambio. Como ya sucedió en la apertura de Asia, el mercado de divisas tendría que empezar con depreciación del euro frente al dólar para ver como reacciona después.

¿Conclusión? La clave es la reacción de la Unión Europea -léase en este caso Alemania y Francia- y, sobre todo, del BCE. Dicho en plan castizo, unos y otros deberán apretarse los machos, aunque en ninguna de estas grandes reuniones estará el español Mariano Rajoy para sugerírselo.

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