MUNDO

El futuro de la UE ya ha empezado

<p></p>
photo_camera Jean-Claude Juncker, durante el discurso sobre el estado de la Unión.

El pasado miércoles, Juncker pronunció su último discurso sobre el estado de la Unión. Corto y al grano, sin concesiones a ningún tipo de componendas, desplegó con sinceridad los retos a los que se enfrenta la UE, y admitió que si no se plantean con rigor, la Unión Europea está en peligro

En los pasillos del Parlamento Europeo en Estrasburgo corre el chascarrillo de como notar si Juncker ha tomado alguna copa de más. Si al llegar besa a los eurodiputados que se sientan en la primera fila es que se ha dado una alegría al cuerpo; si se sienta directamente entre sus compañeros del gobierno europeo quiere decir que ha pasado del café al hemiciclo directamente.

Y dicho lo cual, los mismos eurodiputados que cuentan entre risas que al luxemburgués le gusta darse un homenaje de vez en cuando añaden que es de los tipos más cabales y eficaces que ha pasado por la presidencia de la comisión. Sin ir más lejos, recuerdan, ha conseguido meter en cintura a Trump respecto a su política comercial con la UE, lo que no consiguieron Merkel ni Macron.

El pasado miércoles, Juncker pronunció su último discurso sobre el estado de la Unión. Corto y al grano, sin concesiones a ningún tipo de componendas, desplegó con sinceridad los retos a los que se enfrenta la UE, y admitió que si no se plantean con rigor, la Unión Europea está en peligro. No por el brexit, tan asumido que ni siquiera es fácil que haya marcha atrás incluso en el caso de que el Reino Unido decida acometer un nuevo referéndum, porque la última palabra la tiene el Parlamento Europeo, y en los dos últimos años han tenido la ocasión de ver como se las gastan los británicos y no les gusta nada su desafecto.

Pero la crisis provocada por la llegada masiva de inmigrantes, la mayoría de ellos refugiados, además de provocar diferencias de criterio entre los distintos gobiernos, incluso caída de algunos de ellos, ha potenciado los partidos populistas y antieuropeos que encuentran terreno abonado entre aquellos ciudadanos que preocupados por la situación interna de su país, la precariedad de empleo, la escasez de viviendas o la mediocridad de sus servicios públicos más esenciales culpan a los inmigrantes de provocar todos sus males.

LA INJERENCIA EXTERIOR

El racismo y la xenofobia ha provocado que la izquierda socialista se encuentre en caída libre, que los conservadores sean mayoría pero estén perdiendo votos a chorros, incluida la CDU de Merkel, que incluso puede perder la mayoría absoluta que durante décadas ha gobernado Baviera, la CSU, partido hermano; y que los países nórdicos, que siempre han sido ejemplo de estabilidad en sus coaliciones, hoy ven como la extrema derecha avanza peligrosamente, hasta el punto que se han visto obligados a reconsiderar su política de puertas abiertas hacia los inmigrantes.

Preocupa además en esta UE en crisis la situación económica, que empieza a deteriorarse; el hecho que varios de los países de la antigua órbita de la URSS, sobre todo Hungría y Polonia, se toman las normativas europeas a título de inventario. Pero ni se plantean abandonar la UE, porque dejarían de recibir las ingentes cantidades de dinero que reciben como ayuda al desarrollo los países más precarios. Pero preocupa sobre todo la pérdida gradual de los valores fundacionales de la UE.

En los próximos meses están previstas elecciones generales en países de la UE, además de las de mayo en las que se eligen a los nuevos eurodiputados y de las que saldrán los tres cargos más importantes, los presidentes de la Comisión, del Parlamento Europeo y del Consejo Europeo. Existe el temor generalizado que esas elecciones, tanto las generales como las europeas, puedan sufrir algún tipo de injerencia exterior, como ha ocurrido en los últimos años. Nadie señala a Putin con el dedo, pero sí sotto voce. El dirigente ruso niega las acusaciones, pero no hay un solo político occidental que no esté convencido que Rusia tiene mucho que ver con la potenciación de los extremismos o de los movimientos independentistas que tanto desestabilizan a los países de la UE y por tanto a la UE entera.

PUIGDEMONt...

España, como país miembro, y destacado de la UE (se la valora más fuera del país que dentro y desde luego se la valora en Bruselas y en Estrasburgo) se juega mucho en esas elecciones que determinarán el futuro de la UE, que de hecho se está escribiendo ya para llegar a mayo con los deberes hechos.

Por ejemplo, respecto a Cataluña. Es un secreto a voces que Puigdemont pretende convertirse en eurodiputado presentándose como independiente en las listas del partido flamenco NVA. Está permitido, pero la ley belga obliga a los eurodiputados, lista única, a elegir colegio electoral, valona, flamenca o la de Bruselas. La invitación a Puigdemont procede del grupo nacionalista flamenco NVA, que le ha apoyado y ayudado desde el principio. El problema es que esa ley belga obliga también a conocer la lengua de la circunscripción, y aunque Puigdemont reciba clases de flamenco, que a lo mejor ya lo está, los jueces determinarán si tiene el nivel como para representarles en el Parlamento Europeo.

Los sondeos que maneja Bruselas indican que el grupo claramente ganador es el PPE, incluso en el caso de que Orban sea expulsado, mientras pierde fuerza el socialdemócrata, que habitualmente ha sido el primero o el segundo. Y el tercero sería el Liberal, pero se incrementan considerablemente los grupos extremistas, los Verdes y los nacionalistas-populistas, lo que puede convertir el PE de la próxima legislatura como un parlamento "frankestein" por utilizar el término que acuñó Rubalcaba. Un parlamento muy difícil de gobernar en el que se puede aprobar cualquier medida por disparatada que parezca.

...Y GONZÁLEZ PONS

Y de nuevo un nombre español se maneja en Estrasburgo. Como candidato a presidir la Comisión Europea figura el alemán Manfred Weber, aunque no será el único. Pero cuenta con el apoyo de Merkel, con una influencia grande entre los conservadores, lo que hace previsible que Weber sea elegido candidato a la presidencia de la Comisión. Si eso sucede debe dimitir inmediatamente como presidente del PPE, el grupo mayoritario y más potente de la Cámara. El nombre que se maneja como presidente provisional es el de Esteban González Pons, vicepresidente del grupo, que en esta legislatura, su primera legislatura europea, se ha convertido en uno de los eurodiputados que más se mueven, más conocido. La prueba es que es el único nombre que se maneja como sustituto provisional de Weber en la presidencia del PPE, que podría ser el definitivo tras las elecciones. Para ello tendría que seguir como eurodiputado, evidentemente. No necesitaría ser cabeza de lista pero sí figurar en un puesto seguro, y que no gane aquellos que pretenden enviarlo de candidato a Valencia, algunos de buena fe y otros para apartarlo del primer plano de la política.

Las elecciones de mayo del 19 decidirán los gobiernos regionales y municipales españoles pero también el futuro de la UE, y por tanto de España.

Te puede interesar