Grecia confía en lanzar en breve el debate sobre el alivio de la deuda

Grecia espera poder lanzar en breve el debate sobre la reestructuración de su deuda pública tras obtener hoy la confirmación de Bruselas de que ha logrado cuadrar sus cuentas.

La Comisión Europea (CE) confirmó hoy que en 2013 Grecia obtuvo un superávit primario de 1.500 millones de euros, lo que equivale al 0,8 % del producto interior bruto (PIB) y supera con creces los 812 millones de euros previstos inicialmente por el Gobierno de Atenas.

En este cálculo, que es el que sigue la metodología de la troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional), no están incluidos sin embargo los ingresos por privatizaciones o los beneficios que han obtenido los bancos centrales de los bonos del Estado griego.

Excluidos estos factores y la ayuda a la banca griega, el superávit primario fue de 3.400 millones de euros (1,86 % del PIB), enfatizó hoy el viceministro de Finanzas, Jrsitos Staikuras, al comentar las cifras sobre el déficit y la deuda presentadas previamente por Eurostat.

"Hemos logrado un superávit primario ya en 2013, mucho antes de lo previsto. Esto fortalece la posición de Grecia en sus negociaciones con sus socios para la reducción de la deuda griega", recalcó el viceministro.

En el memorando de 2012, Grecia obtuvo de la troika el compromiso de que una vez logrado superávit primario, se discutirían medidas para "aliviar" la carga de la deuda griega, que según las cifras publicadas hoy por Eurostat se elevó a 318.000 millones de euros, lo que corresponde al 175,1 % del PIB.

Por su parte, el déficit público en 2013 ascendió al 12,7% del PIB, de los que un 10,6 % corresponden al impacto de las ayudas a la banca.

Excluido este impacto, el déficit tan solo hubiera sido del 2,1 %, por debajo de la media comunitaria (3,1 %) y también de la eurozona (2,8 %).

Para el Gobierno del conservador Andonis Samarás abrir el debate sobre el alivio de la deuda se ha convertido en el principal caballo de batalla para insuflar esperanza a una población que poco siente en carne propia cifras positivas como la del superávit primario o la reciente salida a los mercados de deuda tras cuatro años de ausencia.

Cuando se cumplen hoy justamente cuatro años de que el entonces primer ministro Yorgos Papandréu anunciara que Grecia necesitaba un rescate financiero -de 110.000 millones de euros, al que en 2012 le seguiría otro de 130.000 millones- el Gobierno se ha propuesto empezar a tomar medidas que ayuden a impulsar la economía y no limitarse al mero ajuste presupuestario.

Para ello, el Gobierno espera poder arrancar a sus socios y a los acreedores luz verde para algún tipo de reestructuración de la deuda.

El Gobierno ha evitado en los últimos meses hablar abiertamente sobre una condonación de la deuda por parte de los acreedores institucionales, consciente de que es un tema categóricamente excluido por Alemania.

Sin embargo, se espera -y Alemania no lo excluye- algún tipo de renegociación de las condiciones de devolución, como podría ser una nueva prolongación de los plazos de vencimiento, así como una reducción de los tipos de interés, como ya se aplicó en 2012.

Atenas ha descartado por ahora cualquier nueva ayuda económica para hacer frente a sus obligaciones y el primer ministro ha señalado que Grecia no necesita un nuevo rescate y que a partir del año próximo se financiará por sus propios medios en los mercados internacionales.

Tras la exitosa emisión hace dos semanas de un primer paquete de bonos a cinco años por valor de 3.000 millones de euros a un tipo de interés del 4,75 %, Samarás ha dicho que por ahora no habrá nuevas ofertas de este tipo, pues el Estado no está necesitado de financiación adicional.

Por otro lado, Staikuras anunció hoy que "las cifras positivas de 2013, el desempeño satisfactorio del presupuesto de este año y la inexistencia de un agujero presupuestario para este año" permitirán al Gobierno pagar el retraso de obligaciones pendientes con el sector privado y aplicar algunas medidas de alivio a las empresas, como la reducción de los costes no salariales.

Además, el Estado podrá distribuir el denominado "dividendo social", una inyección de 500 millones de euros a los más necesitados.

Los beneficiarios recibirán un pago único, de entre 500 y 1.083 euros, dependiendo de ingresos y número de hijos a su cargo.

Los fondos empezarán a repartirse unos días antes de las elecciones locales y europeas a finales de mayo

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