CRISIS EN EL PARTIDO LABORISTA

Corbyn se aferra al liderazgo laborista en contra de su grupo parlamentario

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photo_camera El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn (c), sale de su domicilio en el norte de Londres. (DEMPSEY)

La victoria del "brexit" en el referéndum sobre la Unión Europea ha levantado una tormenta en las filas laboristas con su líder en el epicentro, ante las críticas de haber sido demasiado tibio en sus argumentos a favor del 'in'

El líder del Partido Laborista británico, Jeremy Corbyn, desafió hoy a su grupo parlamentario al decidir continuar en el cargo a pesar de la oleada de dimisiones en su equipo y el duro voto de censura al que le sometieron sus compañeros de bancada.

El 81 % de los diputados laboristas que participaron en una moción de confianza no vinculante para tratar de forzar su salida se posicionaron hoy en su contra -172 votos frente a 40-, un castigo al que Corbyn negó "legitimidad".

La victoria del "brexit" en el referéndum sobre la Unión Europea (UE) del pasado jueves ha levantado una tormenta en las filas laboristas, el primer partido de la oposición en el Reino Unido, ante las acusaciones de que Corbyn, veterano euroescéptico, fue demasiado tibio a la hora de argumentar ante los votantes las ventajas de seguir en el bloque comunitario.

A pesar de la reprobación de sus compañeros de bancada, Corbyn ha argumentado que dimitir en un momento de crisis como este sería una traición a las bases laboristas y los sindicatos que le eligieron por amplia mayoría como líder en septiembre, en contra de gran parte de la cúpula del partido.

En opinión de Corbyn, la oposición debe aprovechar la debilidad del Partido Conservador, sumido en otra crisis interna tras el anuncio de dimisión del primer ministro, David Cameron, para "pedir responsabilidades al Gobierno, oponerse a la austeridad y marcar un camino de salida (de la UE) que proteja los empleos y los ingresos" de los trabajadores.

"Fui elegido democráticamente como líder de mi formación para desarrollar una nueva clase de política por el 60 % de los miembros y simpatizantes del Partido Laborista, y no les traicionaré dimitiendo", declaró Corbyn, de 67 años y ubicado en el ala izquierda del laborismo, tras la votación del grupo parlamentario.

Diversas voces en el partido, sin embargo, defienden que la posibilidad de que el cambio de liderazgo en el Partido Conservador desemboque en unas nuevas elecciones generales antes de que termine la legislatura, en 2020, debe acelerar el proceso para sustituir a Corbyn.

El exministro de Exteriores Jack Straw fue uno de los dirigentes laboristas que hizo público su disgusto por la posición "completamente insostenible" a la que Corbyn ha abocado al partido.

"Esta es la crisis más seria que ha afectado al Partido Laborista desde 1935, cuando tuvimos a un líder pacifista e incompetente", dijo Straw en referencia a George Lansbury, que dirigió la formación durante tres años, desde 1932.

Salió en cambio en defensa de Corbyn Diane Abbott, nombrada portavoz de Sanidad tras la cascada de dimisiones en el gabinete de la oposición.

"Los parlamentarios no son quienes eligen al líder laborista, lo hace el partido. Creo que es muy triste que los compañeros hayan decidido representar este circo. No quieren que haya unas elecciones al liderazgo porque no están seguros de si las ganarían", afirmó Abbott.

El Partido Laborista obtuvo 232 diputados en las elecciones generales de mayo de 2015, un resultado que propició una mayoría absoluta de los conservadores -con 331 asientos- y precipitó la dimisión de su anterior líder, Ed Miliband.

Según una encuesta publicada hoy por la firma YouGov, ese resultado podría empeorar si se repitieran los comicios.

El 27 % de quienes votaron a los laboristas el año pasado aseguran que son menos proclives a repetir su voto tras el resultado de la consulta sobre el "brexit".

En opinión del exministro de Interior David Blunkett, el partido sería "aniquilado" en unas elecciones generales si Corbyn se mantiene al frente.

"No queremos perder un tercio de los diputados laboristas, o incluso más, porque Jeremy Corbyn no está preparado para dimitir y pasar amablemente el liderazgo del partido a alguien que lo pueda dirigir con credibilidad", afirmó Blunkett.

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