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El primer mes de Trump se cierra con polémica y tensión

Donald Trump, con sus nietos Arabella Kushner y Joseph Kushner.
photo_camera Donald Trump, con sus nietos Arabella Kushner y Joseph Kushner.

Sus ataques a los jueces, la prensa y líderes extranjeros completan el caos de sus primeros días

Donald Trump ha trasladado a la Casa Blanca las prioridades de su campaña electoral, pero no ha generado cambios sustanciales en Estados Unidos durante su primer mes como presidente, marcado por el caos en su Gobierno y las tensiones con el sistema judicial, la prensa y líderes extranjeros.

Trump, que este lunes cumplirá un mes en el poder, ha firmado al menos 23 decretos y acciones ejecutivas pero el contenido de esas medidas es más simbólico que sustancial, con la excepción del veto migratorio que fue bloqueado por un juez y que pronto será sustituido por otra medida.

En sus primeras cuatro semanas, el magnate inmobiliario ha dejado claro que pretende cumplir sus polémicas promesas de campaña y redefinir la política estadounidense, pero su escaso conocimiento de las dinámicas del Gobierno federal ha restado trascendencia -aunque no impacto mediático- a muchos de sus anuncios.

Desde su orden de construir el muro en la frontera con México a su decreto para acabar con los carteles del narcotráfico, la gran mayoría de sus medidas han consistido simplemente en "decir a sus agencias que busquen una forma de hacer algo", señaló David Lewis, un experto en políticas en la Universidad de Vanderbilt.

"Este es un presidente sin experiencia política que no se ha tomado el tiempo de aprender las reglas del juego, sus estrategias y sus sutilezas", agrega.

ataques a prensa y jueces

Sus acciones, además, han quedado eclipsadas por sus ataques a la prensa y a los jueces, el fallido lanzamiento de su veto migratorio y el escándalo generado por la dimisión de su asesor de seguridad nacional, Michael Flynn, tras haber mentido al vicepresidente Mike Pence sobre sus contactos con Rusia durante la campaña.

Solo el 39% de los estadounidenses está satisfecho con la actuación de Trump durante su primer mes, según un sondeo publicado esta semana por el centro de investigación Pew, que nunca registró un índice tan bajo en toda la presidencia de Barack Obama.

Trump ha arremetido contra el sistema judicial del país a raíz del bloqueo de su veto a los refugiados y los inmigrantes de siete países de mayoría musulmana, que ha dejado de aplicarse y será reemplazado la semana que viene por un nuevo decreto. 

En uno de sus episodios más criticados, Trump llegó a insinuar que, si había un ataque terrorista en el país, "la culpa" sería del juez que bloqueó su decreto.

relación internacional

En el plano mundial, Trump se ha llevado a la Casa Blanca algunas de las tensiones que mantenía con otros países, sobre todo las generadas con México, pero ha tratado de rebajar sus roces con los países de Europa y de Asia Oriental, y ha mantenido cordiales encuentros con los líderes del Reino Unido, Japón, Canadá e Israel. 

Además, ha nominado a un juez para el Tribunal Supremo, Neil Gorsuch, que probablemente será confirmado por el Senado y podría permanecer en el cargo durante décadas, devolviendo a los conservadores la mayoría en la poderosa instancia judicial.

La salud mental del presidente, a debate en los medios del país

Un numeroso grupo de expertos en salud mental está lanzando la voz de alarma sobre la posibilidad de que el presidente estadounidense, Donald Trump, tenga algún trastorno de personalidad, rompiendo así con una norma ética de décadas que prohíbe diagnosticar a personalidades públicas sin consentimiento.

Un grupo de 35 psicólogos, psiquiatras y trabajadores sociales envió el martes una carta al periódico "The New York Times" en la que mostraba su preocupación por "la inestabilidad emocional" de Trump, lo que, en su opinión, lo "incapacita para servir de manera segura como presidente".

En noviembre pasado, el psicólogo Nigel Barber aventuraba en el diario digital "Huffington Post" que Trump tiene rasgos que apuntan a que sufre trastorno narcisista de la personalidad, lo que le llevaría a comportarse con falta de empatía, grandiosidad, autoritarismo y necesidad de admiración.

Las Asociación Psicológica Americana (APA), que representa a personal relacionado con la psicología en Estados Unidos, mantiene desde 1973 la "Norma Goldwater", por la cual pide a todos los psicólogos del país que no aventuren diagnósticos de personalidades públicas sin tratarlos personalmente y bajo su consentimiento.

La norma tiene su origen en la campaña presidencial fallida de 1964 del senador republicano Barry Goldwater, que fue tachado de "paranoico" y "megalómano" por psicólogos en un artículo de una revista. Goldwater demandó al medio y el escándalo obligó a la APA a emitir una norma que varios psicólogos han pedido este año que se deje atrás.

Legisladores demócratas se están sumando a la teoría para atacar al presidente e incluso barajar la posibilidad de que se le inhabilite, utilizando una enmienda de la Constitución que permite deponer a un mandatario por incapacidad si se obtiene consentimiento de miembros del Ejecutivo y los votos de dos tercios del Legislativo.

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