YEMEN

Salua, el testimonio de la guerra que le arrebató a 12 familiares

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photo_camera Una mujer yemení camina entre los puestos de un mercado en Saná (Yemen)

Sobrevive sin apenas comida ni agua en un campo de desplazados

La vida de la desplazada yemení Salua Mohbel al Fahid cambió en un instante después de que un bombardeo de la coalición árabe -liderada por Arabia Saudí- acabó con la vida de doce miembros de su familia. Ahora, sobrevive sin apenas comida ni agua en un campo de desplazados cerca de la capital, Saná.

Salua, al igual que 3,3 millones de personas que se han visto obligadas a dejar su hogar en el Yemen desde 2015, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), intenta vivir en un improvisado campamento en un lugar en el que el acceso a la ayuda humanitaria es limitado.

Bajo una tienda de plástico raído, que está colocada sobre un terreno estéril en la zona de Hamadan, a unos 40 kilómetros al norte de Saná, la yemení lucha para alimentar cada día a sus dos únicas hijas que sobrevivieron al ataque.

No cuenta ni con los servicios básicos para vivir, pues el agua apenas le llega y no hay ningún centro sanitario cerca por si alguna de sus hijas enferma.

Madre de seis hijos, Salua acudió una mañana del pasado septiembre al mercado de la ciudad de Amrán, al norte de Saná, para comprar varios productos para preparar el almuerzo cuando escuchó el sobrevuelo de la aviación de la coalición internacional.

"Estaba en el mercado cuando oí el sonido de los aviones. Justo después, una gran explosión", cuenta Salua a Efe.

Corriendo regresó a su hogar y cuando estaba llegando a su vivienda, empezó a escuchar los gritos de pánico de sus vecinos.
"Solo había destrucción y nuestra casa había desaparecido", lamenta.

Varias bombas cayeron en su hogar. Allí se encontraban sus padres, su marido, cuatro de sus hijos de edades comprendidas entre 5 y 13 años, dos hermanas y tres parientes más. Todos murieron.

"No quedó nadie vivo. El techo y toda la casa se hundió sobre sus cabezas. El destino lo quiso así y esto es lo que ha querido Dios", apunta.

La vivienda de la mujer se encontraba muy cerca de una base militar ocupada por los rebeldes hutíes, por lo que se encontraba a poca distancia del objetivo de la coalición árabe, apoyada por EEUU, que realiza numerosos bombardeos desde 2015 contra los opositores.

Desde hace dos años, el Yemen sufre una guerra que ha provocado una gran crisis humanitaria en la que casi 19 millones de personas necesitan asistencia de emergencia y 17 millones no tienen asegurada la alimentación, según cifras de la ONU.

Siete meses después de aquella mañana que cambió su vida, el corazón de Salua todavía se acelera cuando escucha el ruido de un avión: "Me aterrorizo incluso cuando escucho a alguien gritar", aduce desde el improvisado campamento en el que se alojan alrededor de 450 familias.

"Lo que consigo gracias a la ayuda humanitaria es un poco de trigo y arroz, así como una botella de aceite. Pero no es suficiente y no nos quita el hambre y además, es irregular", afirma.

Las familias yemeníes que han escapado del horror se refugian en esas tiendas de plástico, en las que llegan a convivir en su interior hasta seis personas.

La ayuda humanitaria apenas llega, debido en parte al bloqueo aéreo y naval que la coalición árabe ha impuesto, que dificulta enormemente y a veces impide la transferencia de asistencia humanitaria hacia el país.

Y por eso, Salua y el resto de las 450 familias que viven en este improvisado campo de desplazados están obligados a mendigar en una carretera que comunica la capital con las provincias septentrionales para sobrevivir día a día.

No solo cuenta la crisis alimentaria que amenaza a millones de personas en el país árabe, sino que los desplazados se quejan en este campo de la propagación de enfermedades que pueden provocar más muertes.

Mientras que Salua sufre y sin saber de dónde vendrá su próxima comida, como es el caso de otros 7 millones de civiles, de acuerdo con cifras de Unicef y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la ONU y los Gobiernos de Suiza y Suecia anunciaron ayer haber recaudado 1.1000 millones de dólares para el país árabe.

En una conferencia internacional de donantes, el secretario general de la ONU, António Guterres, anunció esa cifra que tiene como objetivo hacer frente a la crisis humanitaria, una de las mayores que existen en el mundo actualmente.

"Ahora lo más importante es que este dinero se traduzca en ayuda específica para la gente del Yemen y para ello necesitamos acceso", dijo Guterres.

Sin embargo, la ONU solo ha recaudado el 15 por ciento de los 2.100 millones de dólares que solicitaron para 2017.

En estos dos años de guerra, que se ha visto recrudecida desde 2015 por la intervención de la coalición que apoya al presidente del Gobierno -reconocido internacionalmente- Abdo Rabu Mansur Hadi, la solución a esta tragedia no parece ver la luz. 

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