ECONOMÍA

El único Brexit suave sería el inexistente

El Reino Unido mantiene el Brexit pero no parece que salga ganando. Ni en materia económica ni social. Los acuerdos que se van conociendo parecen suaves pero quedan muchos flecos con riesgos para todos 

Todo parece indicar que el Brexit será suave, sin olvidar que la retirada del Reino Unido perjudicará a ambas partes. Tampoco colmará las promesas de quienes contaban con 18.200 millones de euros más al año en las arcas de Londres, porque deberán poner dinero. El único Brexit realmente suave sería el inexistente.

Para saldar sus cuentas cuando abandone la Unión Europea tras 44 años como socio, el Reino Unido deberá abonar unos 45.000 millones. No pagará los traslados de las dos agencias europeas con sede en Londres pero sí sus contribuciones a los presupuestos de 2019 y 2020, según los compromisos del marco presupuestario 2014-2020. Será así porque Londres quiere un plan de transición de dos años una vez que el Reino Unido abandone la UE el 29 de marzo de 2019.

Habrá garantías para los 3,3 millones de europeos que viven en el Reino Unido y los 1,2 millones de británicos que residen en otros países de la UE, ya sea porque están trabajando y/o estudiando. También tendrán derecho a la reunificación familiar y conservarán sus derechos a pensión, sanidad pública y prestaciones sociales. El Tribunal de Justicia de la UE será el árbitro y su jurisprudencia será tenida en cuenta por los jueces británicos. En el Reino Unido hay 200.000 españoles –entre ellos unos 15.000 jóvenes gallegos– y son 300.000 los británicos afincados en España. A mayores, España es el principal receptor y destino líder de turistas británicos: casi 18 millones en 2016.

La futura relación comercial se pactará una vez que el Reino Unido se convierta en un país tercero. Fuera del mercado único, quedaría margen para un acuerdo como el CETA, firmado en 2016 con Canadá. Suiza podría ser otra referencia.

Más que las relaciones comerciales –el Reino Unido es el cuarto cliente y el séptimo proveedor de España– pesan las inversiones. El Reino Unido es el principal destino inversor, con 82.000 millones en sectores como el financiero (Santander, Sabadell), las telecomunicaciones y la energía, y el segundo inversor en España, con 44.500 millones, especialmente en telecomunicaciones (Vodafone). Mientras, las exportaciones españolas ascendieron en 2016 a 19.000 millones y las importaciones apenas superaron los 11.000 millones.

En sectores como el pesquero podría haber acuerdos bilaterales entre España y el Reino Unido e incluso entre los gobiernos de Galicia y Gales, como ya anticiparon el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y el primer ministro galés, Carwyn Jones, que acordaron en noviembre la elaboración de un convenio bilateral que garantice la cooperación y un acuerdo pesquero. En juego están las licencias pero también la regulación de las empresas mixtas. Galicia quiere evitar que el Brexit imponga nuevas fronteras para sus recursos marinos, tanto en las costas del norte como en las islas Malvinas.

Irlanda del Norte seguirá dentro de la unión aduanera y el mercado interno de la UE para salvaguardar los Acuerdos del Viernes Santo, también suscritos con Irlanda. Al menos en ese territorio, la frontera será virtual. Tampoco se prevén grandes cambios para Gibraltar, a sabiendas de que Madrid ofrece la soberanía compartida, algo que las autoridades de Gibraltar y de Londres rechazan. Sobre Escocia se sabe menos. Su ministra principal, Nicola Sturgeon, quiere volver a consultar a los escoceses, que ya votaron permanecer en Europa.

@J_L_Gomez

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