Así luce el contenedor de aceite situado en la Avenida de Otero Pedrayo: repleto, sucio, con la acera llena de manchas de grasa y rodeado de botellas de agua rellenas de aceite usado. Llevan así mucho tiempo, como si nadie se preocupase de recoger los residuos. Lo que así se consigue, además de una ciudad sucia, es desmotivar a quienes se toman la molestia de reciclar sus residuos y llevarlos al contenedor correspondiente. ¿Es así como fomentan las administraciones el civismo y el respeto por el medio ambiente?
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