LECTOR DENUNCIA

Si el coche mola, hay que enseñarlo

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No hay más que fijarse en esta imagen para comprobar que el dueño del vehículo lo dejó aparcado con toda la intención en este concurrido cruce de la calle Bedoya, en el Parque de San Lázaro. Y es que la vanidad es inherente al ser humano, y cuando tenemos algo que sabemos puede causar admiración, o "mola", como se dice en el lenguaje actual, lo dejamos en un sitio bien visible para que los demás puedan admirarlo y, al tiempo, sientan envidia del dueño de la bella máquina. La pena es que no se lo hubiera llevado la grúa por arrogante. Y no es envidia, es que eso es lo que hubieran hecho con el utilitario de un simple mortal.
 

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