Desde el servicio correspondiente del Concello de Ourense se obliga a los vecinos, bajo amenazas de sanción, que mantengan la estética en los edificios. Sin embargo, cuando el ciudadano se fija en los edificios de propiedad municipal comprueba que el consistorio también tiene sus propios adefesios, como las máquinas de aire acondicionado en la trasera de la Cárcel de la Corona. Unas máquinas sin pintar ni dimisular que contrastan con el entorno.
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