Mientras los empleados de Correos y sus coches particulares hacen uso abusivo, indebido, de las calles, las furgonetas de la empresa no pueden aparcar por el mal uso de sus compañeros y usuarios
Mientras los empleados de Correos y sus coches particulares hacen uso abusivo, indebido, de las calles (recordemos que ya no deberían tener las dádivas franquistas) las furgonetas de la empresa no pueden aparcar por el mal uso de sus compañeros y usuarios. Señores de Correos, váyanse de la Alameda, devuelvan a la ciudad lo que es de ella o paguen el vado y suelo público que nos robaron. ¡Ah! y no dejan pasar por la calle y a los garajes.