La confluencia de las calles Pena Corneira con Cabeza de Manzaneda da pena comprobar los destrozos a los que se ven sometida continuamente. Llevamos más de una semana con los pivotes de cemento desplazados de su posición original, los alcorques carecen de su correspondiente arbolito, mientras que la tierra está echa un barrizal y, además, para completar el paisaje, se dedican a hacer pintadas en el suelo. Menuda imagen ofrece una de las entradas al Casco Histórico de la ciudad de Ourense, a unos cien metros de la maravillosa catedral.
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