Las administraciones municipales, como el Concello de Ourense, fomentan el uso de bicis para moverse por la ciudad, pero no reparan en lo peligroso que resulta para los ciclistas que las calles estén llenas de socavones, algunos de cuatro dedos de profundidad. Como ejemplo, este delante de la vieja cárcel de Progreso.
Buscar
Más en De los lectores