La vida sigue igual. La pasividad total del Concello de Ourense en este tema, a pesar de las muchas denuncias que ya he visto en este periódico, hace que el edificio de la imagen, en una de las entradas más concurridas de la ciudad, siga exhibiendo los tendederos de ropa para "deleite" de quienes transitan por sus alrededores. Vergüenza sienten los ourensanos que han de verlo y algunos habitantes del edificio que han de soportarlo.
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