Quienes habitualmente frecuentamos el jardín del Posío, nos hemos percatado de que en los últimos tiempos el pavo real no se encuentran bien. Se le nota triste y apagado, lo que hace augurar que su ciclo vital se encuentra en su ocaso. Es triste contemplar como el deterioro de este espacio verde de la ciudad llegue al extremo de quedarse sin algunos de sus símbolos, como eran las aves, en concreto los pavos reales. ¿Hará el Concello algún esfuerzo en traer ejemplares nuevos que den de nuevo alegría al recinto?
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