REPORTAJE

Los más pequeños de O Carballiño crean su propio juguete

<p></p>
photo_camera Los pequeños jugando con los coches de madera junto al organizador, Chicho Carballido.

Una iniciativa cultural, en forma de taller, acercó a los más pequeños a los juguetes tradicionales, invitándolos a dejar de lado las nuevas tecnologías y mancharse las manos construyendo un coche de madera.

Echar un vistazo atrás en el tiempo, a cuando los niños aún disfrutaban sentados en el suelo jugando, lejos del mundo tecnológico en el que estamos inmersos. Ese era el objetivo principal de este taller, en el que la idea principal residía en que los más pequeños se mancharan las manos y disfrutaran con la construcción de un coche de madera, con el que luego podrían jugar. La organización corrió a cargo de Chus Otero y Chicho Carballido, contando con la colaboración del Bar Sete Flores, en la zona vieja del municipio carballiñés, que cedió sus instalaciones para la realización. La iniciativa tuvo lugar el sábado por la mañana, con cuatro horas de duración y con la participación de 10 niños, de entre 4 y 8 años.

Chicho Carballido fue el encargado de trabajar mano a mano, nunca mejor dicho, con los niños. En las dos jornadas previas se encargó de esbozar las distintas partes de los juguetes, para facilitar la labor, porque "con rapaces tan pequenos hai fases do proceso, como usar unha máquina de cortar, que non podes facer", comentó Carballido. Las piezas las deja a medio lijar para que los pequeños practiquen esa parte también. "Tratábase de que os nenos entraran en contacto con estos materiais, ensinándolles a lixar, pintar e traballar ca madeira", aseguró.

El proceso consistió en montar todos los elementos con colas, chasis, ruedas y ejes y luego pintarlos al gusto de cada uno. El artista aseguró que lo más difícil de trabajar con niños es motivarlos para hacer las cosas que no le gustan. "Lixar non nos gusta a ninguén, nin a maiores nin a pequenos, é o máis desagradable da carpintería". Uno de los objetivos formativos de esta actividad era enseñar que, para que el resultado sea bueno, es necesario llevar trabajo, incluso en aquellas labores que no son gratas. "Algúns moi pequenos non teñen paciencia e convecelos é o máis difícil". La parte más divertida vino después, cuando empezaron a pintar.

Chicho Carballido no es un principiante en el mundo de los talleres. Anteriormente ya realizó otros, tanto para niños como para adultos, relacionados con crear máscaras de Entroido de cartulina o yeso, e instrumentos musicales artesanales. "Sempre me encanta traballar con nenos, ambos disfrutamos moito. Diría que esto foi unha fantasía", afirmó. Lo que más le sorprendió fue recibir imágenes de cómo los pequeños seguían trabajando en ellos en casa. "Eso satisface, porque un traballo de catro horas convértese en moito máis".

Chus Otero se encargó de la organización y aseguró que lo que le hace enfrascarse en este tipo de proyectos es la satisfacción personal. "Lo que más me gusta es rodearme de gente, cultura y buenas ideas", afirmó. Destacó como la idea principal de este taller, el primero de esta temporada, "el valor de enseñar a los niños a elaborar algo con las manos" y resaltó su doble utilidad, porque además de un juguete es un masajeador de espalda. "Aunque la gente aprecia estas actividades, es muy difícil conseguir que se interese en ellas", aseguró.

Te puede interesar