REPORTAJE

Memoria entre los barrotes de Carballiño

<p></p>
photo_camera Alfredo Nogueira agarra los barrotes que todavía se conservan en la planta baja del Concello.

El concejal de Carballiño Adolfo Nogueira recaba información sobre su tatarabuelo republicano, también concejal, que pasó siete meses en los calabozos del Concello. Su abuelo, de 92 años, recuerda la historia.

Alfredo Nogueira Novoa recorrió la planta baja del Concello de Carballiño, muy emocionado, evocando su niñez, cuando le llevaba la cena a su padre encarcelado al estallar la guerra civil, en 1936. Su nieto, Adolfo Nogueira, que es concejal del actual gobierno socialista, está recabando documentación histórica sobre la vida de su tatarabuelo, Emilio Nogueira Barreiro, que también había sido concejal durante la segunda república española y que estuvo encarcelado siete meses en los calabozos del Ayuntamiento que hasta entonces gobernara, primero con su amigo Felisindo Xesteira como alcalde y, en una segunda etapa, con Aquilino Sánchez.

A sus 92 años, Alfredo Nogueira Novoa conserva una envidiable memoria y acompañado de su nieto supo ubicar las celdas, su acceso y el patio por el que paseaban los 90 presos con los que su padre compartió el terror y la angustia de un futuro incierto y debido a las visitas que recibían a menudo de algunos falangistas a los que les gustaba propinar palizas.

"O bar Estatequieto encargábase de traerlles a comida e as familias a cea. Eu viñen moitas veces, recollía o paquete a través dos barrotes e regresaba chorando á celda", evocaba emocionado Alfredo Nogueira. Entre todos los sufrimientos por los que pasó su familia, especialmente su padre, aún reconocía que tuvo mucha suerte, gracias a algunos amigos que evitaron que le mataran por el simple hecho de haber sido concejal.

Emilio Nogueira Barreiro se salvó de la muerte gracias a la ayuda de un guardia civil y de un funcionario del Concello

Sobre su detención afirma que "un garda civil amigo seu que se chamaba Luis avisouno de que non seguira o mesmo camiño de sempre de regreso a nosa casa, que estaba en Paciños. Os falanxistas estábano esperando para matalo e o garda díxolle que tiña ordes de arrestalo e que cambiara de ruta e xa iría a súa casa para detelo", señala. Y así fue como sucedió, a las tres de la madrugada, la pareja de guardias llamó a la puerta, se despertó toda la familia, y procedieron a su detención. Su mujer, Concepción Fumega, que se da la coincidencia que era prima del abuelo del actual alcalde, Francisco Fumega, quería acompañarlo, pero los guardias les dijeron: "quedar na casa e cerrar ben as portas que esto está sembrado de falanxistas". Una vez en la cárcel, que ocupaba toda la planta baja del Concello de Carballiño, Emilio Nogueira Barreiro se volvió a salvar de la muerte, según su hijo, gracias a un funcionario de recaudación amigo suyo, que también veló por él.

"Aparecían os falanxistas e escollían a un preso e decían que iban a cambialo de cárcel pero era para darlle o paseo do que nunca volvía", añade. Algo similar le sucedió al último alcalde republicano Aquilino Sánchez, que fue asesinado en una viña de Vilariño Frío (Terra de Caldelas). "Iba a velos tamén un frade para falarlles de relixión, recordaba meu pai que cando chegou ao quinto Mandamiento, díxolles: cuando el árbol se encuentra en la extrema de otro hay que cortarlo".

Siete meses después, Emilio Nogueira era puesto en libertad. "Franco ordenara que deixaran en liberdade ao presos que non tiveran as mans manchadas de sangue, e soltárono, dixéronlle que non volvera polo Carballiño, e refuxiouse no noso pobo de Paciños, comprou dous bois e dedicouse a carretar piñeiros. Morreu aos 96 anos", indica con orgullo.

El concejal Adolfo Nogueira conocía la historia de su antepasado por su abuelo, así que aprovechando su estancia en el Concello decidió rebuscar en los archivos. "Topei a acta da toma posesión como concelleiro, do 9 de xuño de 1931, e unha segunda cando o cesan no 34 por orde do gobernador civil para colocar no Concello unha corporación máis afín", matiza. Posteriormente, en 1936 fue restituida la anterior corporación porque ganó las elecciones el Frente Popular, convirtiéndose Felisindo Xesteira en presidente de la Diputación y Aquilino Sánchez, alcalde. A partir de ahí faltan documentos, aunque Nogueira seguirá investigando sobre su antepasado concejal.

Te puede interesar