O CARBALLIÑO

La presencia de ganado suelto crea inseguridad en Boborás

Dibujo
photo_camera Dos vacas, en uno de los carriles de la carretera N-541.

El último episodio se registró cuando un grupo de 11 vacas invadió la N-541 cerca de O Paraño

La proliferación de ganado suelto, principalmente vacuno, en la parroquia de O Regueiro, en Boborás, está generando cierto clima de inseguridad entre el vecindario y los automovilistas que circulan por la N-541 (Ourense-Pontevedra), que atraviesa esta zona del municipio. Y es que la entrada de animales en esta vía de comunicación está siendo más frecuente de lo esperado, ya que si hace un mes un grupo de tres caballos se paseaba por el medio de la carretera, en esta misma semana, un total de 11 vacas interrumpía el tráfico rodado en las inmediaciones del Alto do Paraño.

Además, la niebla era bastante espesa, y un conductor avisó al 112 para evitar cualquier contingencia no prevista. Voluntarios de la recién creada agrupación de Protección Civil de Boborás fueron los encargados de reconducir las cabezas de vacuno hasta una finca, "e non houbo que lamentar ningún accidente, xa que retiramos as vacas á tempo", indica Avelino Prado, concejal responsable de Medio Ambiente en el municipio. También acudieron patrullas de Tráfico y de la Guardia Civil, que tomó nota de los crotales del ganado. "O dono das vacas levounas a un prado para pastar e estas deberon escapar do recinto e foron saíndo cara a estrada por un sendeiro", apunta el edil de Boborás.

Este tipo de incidentes no es nuevo en el entorno de O Regueiro y deriva del sistema de ganadería extensiva que está implantado en las áreas de montaña, como es el caso de O Paraño o de la Serra do Suído, en la comarca cercana de Terra de Montes. Ya han sido varias las denuncias efectuadas ante el Seprona de la Guardia Civil por la intromisión  de cabezas de ganado en libertad en fincas de cultivo. En el mismo O Regueiro una docena de vacas y terneros ya habían destrozado plantaciones de verduras en un total de 10 fincas de la localidad, además de causar daños en los muros de cierre.


Mayor control


Unos ataques, que, a diferencia de los recientes, coinciden con las épocas de nevadas en las cordilleras de las sierras citadas, que motivan a las reses a bajar a los valles para buscar forraje para alimentarse. La solución a este problema, según Avelino Prado, "é que as autoridades competentes obliguen ós propietarios do gando a telo totalmente controlado en todo momento e dentro de valados seguros", apuntó.n

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