Miles de personas acudieron ayer a los cementerios para honrar a sus difuntos. No quedó ni uno solo en la provincia sin visitar, entre ellos, el de Ribadavia, sometido a una reciente reforma, que agradó a los vecinos
Los cementerios de toda la provincia se transformaron ayer en auténticos jardines con cientos de ramos de flores que adornaban las tumbas. Fue un continuo ir y venir de personas a lo largo de toda la jornada, muchas de ellas desplazadas desde otros lugares, sin que quedara ni un solo camposanto, por pequeño o alejado que estuviera, sin visitar.
El cementerio municipal de Ribadavia ofrecía su mejor aspecto en muchos años, gracias a las recientes reformas realizadas por el Concello para mejorar su estética y también para que el público pueda acceder con facilidad, sin preocuparse del estado de sus calles, sobre todo cuando llueve porque se convertían en auténticos barrizales.
El asfaltado de algunos tramos, el empedrado de otros y la canalización de aguas, además de una mejora en la iluminación, agradó en gran medida a los asistentes.
El cementerio está asentado en una antigua viña, la de José Boán, y por eso se erige sobre subcalcos, el primero data de mediados del siglo XIX y allí todavía se conservan las tres pirámides de piedra representativas de la arquitectura funeraria de la época. Una de las que mejor conoce su historia es Lolín Lira, quien apuntaba ayer que "en mi opinión merece ser un BIC -Bien de Interés Cultural-", porque además son dignos de admiración los dos cruceiros y el "pousadoiro", en el que antiguamente se bendecía a los difuntos. Lolín Lira explicaba que la ampliación de este camposanto se llevó a cabo en 1902 y más reciente fue la realizada en la década de los 80, cuando se integró la parte que pertenecía a los protestantes. En esa zona destaca el mausoleo de Cesáreo Rivera, que fue alcalde de Ribadavia, y de "ideología republicana", matiza Lolín Lira.
Josefa Aguilar y Moncho Soto, visitaban las tumbas de sus familiares, desplazándose desde Vigo, y reconocían que "este año está muy bien acondicionado, porque antes daba bastante pena, además vemos que las obras respetaron el entorno". En la misma línea opinaban Rogelio Soto y Perfecto Lage, entre los muchos que acudieron en la jornada de ayer.
La reforma era necesaria y se llevó a cabo en un momento en el que se está a la espera de que la Xunta apruebe el plan urbanístico para poder construir otro camposanto entre Francelos y Prexigueiro, "aunque no será lo mismo", opinan los vecinos de Ribadavia.
