O RIBEIRO

Comienzan las obras para reparar accesos a Ribadavia

photo_camera El firme ha cedido en las calles Ribeiro y Carballiño (MARTIÑO PINAL)

Pretenden solventar antiguas irregularidades que provocaron el hundimiento de la calzada

Obras mal ejecutadas hace ahora cuatro años obligan a levantar el asfalto de las calles Ribeiro y Carballiño, en Ribadavia, para reparar los hundimientos que se han producido en el firme durante todo este tiempo. Ese ha sido el motivo por el que el Concello de Ribadavia no cumplió con el convenio que había suscrito por aquel entonces con la Xunta y no recepcionó la obra, tal y como se había acordado inicialmente entre ambas administraciones.

La Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras ha cedido finalmente a las insistentes reclamaciones del Concello ribadaviense y ayer se iniciaban los trabajos, que abarcan casi un kilómetro de las dos calles que conforman el principal acceso de entraba y salida al núcleo urbano, en un entorno muy habitado y con abundante circulación de vehículos y peatones a diario.

Por tratarse de un vial crucial para acceder al centro, se ha decidido no cortar el tráfico, llevando a cabo las obras por tramos, contado para ello con el control de la Policía Local y la instalación de semáforos provisionales.

El alcalde de Ribadavia, Marcos Blanco, lamentaba de nuevo las molestias que las obras van a ocasionar a los habitantes de esta zona y a los vecinos en general, además de visitantes. Por ese motivo, insistió en que "quiero dejar bien claro y que lo sepan los vecinos que esta obra no la realiza el Concello, que es la Xunta y lo hace porque en su día el trabajo quedó mal hecho". El regidor añadía que "pido paciencia a los vecinos y que sepan que el Concello está dispuesto a recepcionar seguidamente las rúas Ribeiro-Carballiño, si se ejecutan correctamente las reparaciones, haciéndose cargo de su posterior mantenimiento". La calzada ha repisado en varios tramos a consecuencia de la existencia de la redes subterráneas de diversos servicios, lo que obligará a abrir zanjas para rellenarlas con hormigón y proceder de nuevo a pavimentar, porque "hay tramos que son peligrosos, en los que ya se ha roto el hormigón", señala Marcos Blanco.

Te puede interesar