RIBEIRO, IMÁGENES CON HISTORIA

El san Roque de Ribadavia

sdsss
photo_camera Cruceiro en el atrio de la iglesia de la Oliveira, en la que se venera a san Roque.

El culto al glorioso San Roque se mantuvo en Ribadavia  con indeclinable devoción a lo largo de la historia.

Invocado contra el mal de la peste tenía su ermita en los arrabales de esta villa junto al puente de san Francisco, estando por ello bajo la jurisdicción espiritual de la parroquia de La Oliveira. A finales del s.iglo XVIII dicha capilla estaba sin culto por haberse arruinado y el abad de santa María de la Oliveira solicita entonces al consistorio autorización para una nueva edificación, lo que fue concedido en el sitio y plazuela del Carballo con tal de que no perjudique a los vecinos inmediatos (…) Sería a mediados del siglo XIX  cuando por mor de las obras de la carretera general Villacastín-Vigo a su paso por  la Villa, haya que derribar  el templo al obstaculizar las infraestructuras viarias, pasando por ello la imagen del santo a un altar de la Magdalena.

Los saraos tenían lugar en la mencionada parroquia y coincidían con las de la Oliveira, por lo que rivalizaban no sólo en los programas profanos con bailes, fuegos, paseos, bandas de música, iluminación eléctrica y veneciana, sino que hacían lo propio con los oradores sagrados que venidos de afuera, ocupaban sus púlpitos durante las novenas. 

El semanario El Obrero (1891)  declara: las fiestas de san Roque brillantísimas, verbena en la plaza la noche del 16, fuego de aire y de artificio del pirotécnico Eugenio Fernández. La plaza mayor lució alumbrado a la veneciana con farolillos rojos; a las 10´30 de la noche con la ascensión de un globo y un pasodoble ejecutado por la banda del señor Pousa se dio fin a la verbena.” 

El Ribadaviense (1901) escribe: Las fiestas del 15 de agosto han estado menos animadas que el año anterior. En cambio las de san Roque resultaron bastante lucidas, siendo amenizadas la primera por la banda La Lira y las segundas por la que dirige el señor Giráldez y por los acreditados gaiteros de La Arnoya, Leopoldo Feijoo, Ramón Domínguez  y Eloy Vázquez que tocaron con bastante gusto y afinación.

El hebdomadario Noticiero del Avia (1920) informa de los preparativos que los incansables mayordomos Francisco Rodríguez, Adán y José Rosendo Freijido están realizando para lograr los mejores festejos (…) y a finales de la década  relata el mismo semanario: Excelentes celebraciones de san Roque este año organizados por Tielas. La procesión, con nutridas e interminables filas de devotos con sus velas, daban al acto una inusitada solemnidad y nunca vimos la procesión de san Roque con tanto orden, tanta cera y tanta concurrencia. Animadísimos los festejos de calle con sus verbenas que se prolongaron hasta primeras horas de la madrugada. Dos años más tarde aparece otra vez el célebre Pechouchou, cómo entusiasta mayordomo de las mismas y  el responsable de lo admirablemente engalanada que estuvo la plaza de La Magdalena en los días del glorioso san Roque.

En 1931 para recaudar fondos se rifó un hermoso armario de luna que se exhibe en la mueblería de Ovidio Montero; estando a cargo de las fiestas, que prometen ser brillantísimas, los simpáticos vecinos Orentino Cortizo y Celso González.Al margen de su onomástica, la efigie sagrada era venerada en procesión cuando las circunstancias lo demandaban. Así, en octubre de 1918, cuando  Ribadavia sufría los rigores de la epidemia gripal que internacionalmente sería conocida como Gripe Española, la imagen del glorioso san Roque salió de la iglesia de la Oliveira para implorar al Altísimo cese la enfermedad que azota a España.

Las fiestas continuaron hasta mediados los cincuenta del pasado siglo, cuando se datan las últimas conmemoraciones. Desde entonces se mantiene su imagen en la Oliveira, donde se oficia su novenario y en la procesión del 15 de agosto, con un recorrido por terrenos que fueron de dicha parroquia, sale, junto al can,  tras la patrona Nuestra Señora de los Ángeles,  con su bordón, las llagas, la calabaza y el zurrón de peregrino e igual que el Santiago batallador, porta su racimo de uvas que en pleno verano “ya lucen pintor”.

Te puede interesar