La concesionaria del servicio en el instituto de Ribadavia dice que cumple las condiciones del contrato
Los 66 niños de la ESO del centro educativo Tomás de Lemos, en Ribadavia, volvieron a escoger por segunda vez el bocadillo, rechazando la comida del catering que sirve la empresa Serunión, adjudicataria del servicio que ofrece la Xunta cada martes, que es el único día de jornada partida, y teniendo en cuenta que los de Primaria disponen de comedor público. Un grupo de alumnos fueron a ver las condiciones de la comida a la salida de clases informando posteriormente a los directivos de la Asociación de Nais e Pais de Alumnos (ANPA) que "no se podía comer".
En consecuencia, la asociación repartió de nuevo bocadillos, agua y chocolatinas entre los chavales, que comieron sentados en las escaleras exteriores del IES Ribeiro, ubicado al lado del Tomás de Lemos. Mientras los escolares rechazan la comida de catering, la empresa Serunión manifestaba que está cumpliendo la normativa y que como adjudicataria del servicio se ajusta a las condiciones establecidas en el contrato.
La presidenta de la ANPA del Tomás de Lemos, Antía Reboredo, declaraba que los niños no quieren esa comida, pero que "nuestra asociación es pequeña y no podemos llevarles bocadillos todos los martes, porque gastamos 70 euros de cada vez, por eso convocamos a todos los padres a una reunión para el próximo jueves para que decidan qué vamos a hacer". Entre las alternativas, los padres barajan dirigir un escrito a la Consellería de Educación similar al que habían enviado hace dos años cuando también estaban descontentos con el servicio. "Los padres decidirán si quieren que los niños sigan sin comer, porque tiran las bandejas, o si se toman otras medidas", indicó.
