viticultura

La falta de relevo generacional amenaza al sector vitivinícola en O Ribeiro

Vendimia en Beade
photo_camera Una viticultora realiza tareas en la viña durante la campaña de este año.

Dos años de baja producción, el precio de la uva y dificultades parcelarias alejan a la gente joven

El sector del vino acaba de poner fin a un año complicado para la mayoría de los viticultores, con cifras que no logran recuperar los estándares de antaño y que por segundo año consecutivo resienten una producción que ha perdido ya varios millones de kilos de uva. Estos resultados, de no una, sino dos cosechas tan cortas, repercuten en el precio de la uva, un efecto dominó que provoca que sea cada vez más difícil mantener un sector al alza que cruza los dedos para que vengan años mejores. 

Aunque hay bodegas y colleiteiros dentro de la Denominación de Origen que afirman tener una buena añada, son la minoría los que la consiguieron salvar y ya se habla de las dos añadas "más cortas de la historia de la Denominación de Origen". Este año las lluvias irregulares y a destiempo causaron daños, igual que las enfermedades de la uva como el mildiu o el oídio. El pasado año, las heladas y la piedra. "Es delicado. Es más caro producir y tenemos dificultades para entrar en algunos mercados", comenta preocupado el presidente de Viña Costeira, Andrés Rodríguez, que señala que en su caso, al ser una cooperativa, hace que "cunda el desánimo entre viticultores".

En cuanto al futuro, el sector tiene una preocupación unánime para la que aseguran que "hacen falta más rezos para que el clima nos acompañe". La mano de obra se encuentra envejecida, la falta de gente joven que se anime a continuar con el relevo o a iniciar proyectos emprendedores entre viñedos. "No hay jóvenes, están desaparecidos, y cada vez va a peor", declara Antonio Montero; en el caso de otros, como Val do Deva, una generación más continua, pero las dificultades son palpables. "El Ribeiro y sus ventas están muy complicadas. No hay promoción", en palabras de su gerente, Ángeles Montero. El problema fundamental que los aleja, además de la falta de ayudas, es la estructura de la tierra, el minifundismo. "Aquí lograr producciones de una, dos o cinco hectáreas es casi imposible", declaró Ángeles Montero. Andrés Rodríguez destaca el problema que supone eso para la mecanización y que se convierte en un lastre para los que quieren emprender o ampliar su negocio. "Un socio no tiene que poner un duro para tener más viñedos, pero no hay tierras".


Una petición unánime: más ayudas


La Denominación de Origen reflexiona sobre lo que se está viviendo en el Ribeiro y si hay una respuesta unánime a cuál sería la solución para frenar el desplome productivo es la de recibir más ayudas. Otra coincidencia, que ese apoyo y esas aportaciones sólo pueden venir de administraciones autonómicas, ya que tienen que tener el peso suficiente para levantar el sector. "No hay iniciativas para que los jóvenes se queden. Creo que habría que motivarlos, ayudarlos", argumentó Antonio Montero, que alerta del descenso de mano de obra en el sector y de las dificultades actuales. Luis Anxo Rodríguez, colleiteiro, comentó que las medidas que darán futuro son las de "calado importante, como el fraccionamiento de la propiedad". Desde Viña Costeira invitan a sentarse y reflexionar, "a trabajar codo con codo con la Xunta, que es quien nos puede ayudar", afirmó su presidente. "Es imposible, por mucho que tengas ganas y te guste esto, si no hay rentabilidad y tierras", añadió, haciendo hincapié en que desde el Consello Regulador hay actualmente muchos planes e incentivos de financiación para jóvenes que no pueden salir a flote porque "nosotros, al final, tenemos un poder limitado". La gerencia de Val do Deva pone también el foco en la importancia de la difusión. "El Ribeiro podría ser más de lo que es".

Te puede interesar