CONFLICTO

Los gatos callejeros enfrentan a vecinos y Concello de Ribadavia

photo_camera Miguel Bernárdez con dos de los gatos callejeros (MARTIÑO PINAL)

Trabajadores municipales retiraron varios refugios y comederos instalados en el casco histórico

Los gatos callejeros en Ribadavia se han quedado sin refugio y están siendo motivo de una polémica entre un grupo de vecinos que los cuida y el Concello. Existen en torno a ocho colonias, cada una de ellas con una media aproximada de 10 felinos, que están siendo alimentados por distintos vecinos dependiendo de la zona. Los animales habitan el casco histórico "de toda la vida", según apuntaba una de esas vecinas, que no entiende la actitud de las autoridades locales, que han prohibido darles de comer.

Las discrepancias se han acentuado en estos últimos días a raíz de la colocación de un refugio de poliespán en una esquina de la calle Jerusalén. Miguel Bernárdez es un amante de los animales que se compadece de la situación lamentable en la que viven dentro del casco histórico, especialmente durante el invierno. Contando con la colaboración y apoyo de la protectora Pro Animales Carballiño, el pasado viernes colocó el refugio que, sin embargo, fue retirado el miércoles por la brigada de limpieza, que también recogía las cajas de cartón que colocaron al día siguiente.

"Tiraron con los comederos y se llevaron la caseta. No entendemos por qué se oponen a que los cuidemos si nosotros no les pedimos nada y corremos con todos los gastos. Piensan que es mejor que ocupen casas en ruinas y que estén completamente abandonados. No entiendo esas trabas, ya que la Policía incluso me amenazó con una sanción si seguía dándoles comida", indicó Bernárdez. La secretaria de Pro Animales, Graciela Daparte, declaraba que "no vamos a permitir que mueran los gatitos. El Concello no soluciona el problema y algo tenemos que hacer". En ese sentido, ambos anunciaron que seguirán colocando cajas de cartón y alimento, al mismo tiempo que instan al Concello a instalar refugios, como se hizo en ciudades como Ourense y Oviedo, recomendando además realizar campañas de esterilización.

El concejal de Servicios Públicos, Ignacio Gómez, manifestaba que "no tenemos ningún problema en llegar a un acuerdo, pero no pueden instalar casetas en el casco histórico sin autorización, por eso se ordenó su retirada", aunque reconoció que no recibió ninguna queja del vecindario o. El edil aseguró que nadie se dirigió al Ayuntamiento y que espera abordar el problema con protectora y vecinos, aunque deja claro "no pueden colocar casetas ni cajas. Primero hay que hablar", matizó.

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