Entrevista, nuevos retos en los concellos

Ignacio Gómez: “Los grupos tienen que ser sensatos y dialogar por el bien de los ciudadanos"

photo_camera Ignacio Gómez Pérez.

Era el concejal de Servicios Públicos durante la anterior etapa de gobierno municipal, cuando ya fue elegido también portavoz del grupo socialista en la Diputación

 Ignacio Gómez Pérez era el concejal de Servicios Públicos durante la anterior etapa de gobierno en Ribadavia, con Marcos Blanco al frente de la gestión municipal, cuando ya fue elegido también portavoz del grupo socialista en la Diputación provincial de Ourense. La renuncia del anterior regidor a concurrir a los comicios del pasado mes de mayo propició que sus compañeros de partido volvieran a depositar su confianza en él para optar a la Alcaldía de Ribadavia. Su lista resultó la más votada, pero se quedó con una minoría que le obliga a negociar con la oposición, integrada por PP, BNG, CxG y Ribeiro en Común. Lo que más le complace en política es ser alcalde de Ribadavia y espera de la oposición un talante negociador para sacar adelante los proyectos importantes para su pueblo.

Ha sustituido a su compañero de partido en la Alcaldía, Marcos Blanco. ¿Ha supuesto algún cambio en la gestión municipal?
Todos los cambios producen cambios. Nosotros lo que tenemos claro es que aquello que funciona, y que son bastantes cosas, no tenemos por que cambiarlas, aunque hay otras que sí, pero llevamos 100 días y es temprano para hablar de un cambio sustancial. Todo el mundo sabe de la valía de las personas que formaron parte del equipo anterior y con las nuevas incorporaciones también estoy muy satisfecho.


¿A qué se refiere cuando habla de cosas que quiere cambiar?
Quiero impulsar y es una prioridad el PXOM. Reanudamos con la empresa los contactos y ahora es el momento de darle el impulso definitivo. Está pendiente un penúltimo paso, que es el informe del calidad medioambiental para la aprobación definitiva a finales de este año o principios del próximo. Sobre el plan urbanístico gira todo lo que queremos cambiar, porque a partir de ahí se podrá impulsar el nuevo cementerio, centro de salud y abordar desde la fundación del asilo un reto de modernización de esas instalaciones, incluso de creación de un centro de día.

El nuevo centro de salud ya estaba aprobado y no se ejecutó por causa del PXOM, ¿cree que la Administración seguirá adelante ahora con el proyecto después de tanto tiempo?
Tiene que seguir porque no ha sido un capricho del Concello sino que ha sido la Xunta quien informó que el actual no sirve porque está en zona  inundable. Nosotros hicimos por ese motivo una modificación parcial urbanística y un proyecto, por lo que ya se podría ejecutar, pero siguen vendiendo una serie de cosas que se quedan en el limbo, ya que anunciaron cinco nuevos en la provincia y sólo se está construyendo uno en la capital. El Concello ha hecho todo lo que tenía que hacer, incluso compró los terrenos que puso a disposición, por lo que ya no hay excusa cuando ellos mismos dijeron que lo harían con participación privada.

¿Piensa que Ribadavia votó por una línea continuista de gobierno?
Creo que no. Los cabezas de lista son distintos, independientemente de que compartamos mucho, pero he sido uno de los pocos cabeza de lista que me presentaba por primera vez a las elecciones junto con una lista renovada. La gestión es continuista sólo en lo que funcionaba bien porque tenemos nuevas ideas y siempre es necesario innovar. Ribadavia también reconoce que los últimos años fueron de un gobierno estable, ya que antes se conocía por estar siempre con enfrentamientos muy desagradables y los vecinos lo que quieren son soluciones a los problemas, no peleas que en algunos casos ya eran de índole personal.

Con cuatro grupos en la oposición, incluso necesitando dos de los minoritarios para aprobar los asuntos, ¿no es complicado gobernar?
No me gusta utilizar el término complicado. Pienso que hay que dialogar y esta situación es algo que se ajusta por completo a los tiempos actuales. Hay que entender esa nueva forma en minoría en la que nos colocan los vecinos, porque si no es así estarás aislado en política. Es necesario buscar el consenso y también es necesario que la oposición tenga ganas de dialogar sobre las cuestiones importantes del pueblo y, por supuesto, seguir actuando como oposición. Yo conozco bien las dos facetas. Soy oposición en una institución en la que no es fácil, pero se puede hacer oposición respetando las formas. Creo que los grupos políticos tenemos que ser sensatos y llegar a acuerdos por el bien de los ciudadanos, porque lo que quieren es que se arreglen los problemas y que haya grupos de control político. Están hartos de enfrentamientos por cuestiones peregrinas.

En la Diputación es el portavoz del grupo socialista, ¿No es demasiada carga ser también alcalde?
No creo que sea mucha carga y la prueba es que la mayoría de los portavoces son alcaldes o concejales. Antes, en el día a día como concejal, también me exigía mucho tiempo y decían que no daba el perfil siendo concejal para ser portavoz. Ahora soy alcalde y es una labor perfectamente compatible si estás en la oposición. Si tuviese responsabilidad de gobierno en la Diputación, entonces posiblemente no lo sería.

Si tuviese que elegir ¿por qué cargo se decantaría?
Sin lugar a dudas por el de alcalde de Ribadavia. El otro no es una elección directa, me eligieron los compañeros a los que respeto, y me satisface, pero que me elijan los vecinos es lo mejor que uno puede tener en política. Lo tengo clarísimo, me gusta la política aunque no tengo ni más ni menos aspiraciones, pero como este cargo no voy a tener ninguno.

¿Cuáles son sus prioridades para Ribadavia?
La primera, aprobar el PXOM porque a partir de ahí todo gira en torno a ese plan urbanístico, y después están prioridades que afectan a la vida diaria. También estamos intentando contactar con empresas que puedan aprovechar las naves del parque empresarial que han quedado en desuso por causa de la crisis, pero es difícil porque están en concurso de acreedores. Pretendemos poner en valor de nuevo el parque empresarial, que habíamos conseguido llenar de empresas, pero dos de las más potentes cerraron, si bien, sigue funcionando y creciendo Estampaciones Rubí que da trabajo a más de 60 personas. Ribadavia tiene potencial pero estamos en tiempos muy complejos y hay que ser prudentes, humildes y cautos.

Otra es  el termalismo. Hay que ir a la segunda fase y construir el restaurante y los bungalows. Es una iniciativa privada que el Concello tiene que impulsar porque las Termas de Prexiguerio se han convertido en un motor económico importante para el sector servicios de toda la comarca. El pasado año recibió más de 50.000 visitantes y este han aumentado en un 10%. También dimos un impulso al pequeño y mediano comercio, está funcionando bien la Plaza de Abastos, que estaba en decadencia, y muchas más cosas, pero para lograrlas hay que llegar a acuerdos con la oposición que no me puede exigir en 100 días lo que no se hizo en 30 años.

Lo que no avanza es la rehabilitación del casco histórico, tras el intenso trabajo desarrollado hace años. ¿A qué se debe?
A un error garrafal por parte de la Administración autonómica y del Gobierno central y lo digo sin confrontación política porque ahora parece que lo quieren impulsar de nuevo. En tiempos de crisis, cuando lo que más sufre es la construcción y ya se sabe que no se puede seguir con la especulación, las pequeñas y medianas empresas pueden funcionar con la rehabilitación. Muchas no pudieron seguir y muchos ciudadanos no pudieron completar el presupuesto con la subvención. Es un error porque estas zonas, además, cuando se recuperan, son motores económicos, y en Ribadavia una de sus mayores riquezas es el patrimonio. Cuando se rehabilitaba pasamos de tener tres bares a siete en la Praza Maior, entre otros negocios, instalándose otros en el casco histórico y en locales rehabilitados por el Concello.


Cada verano hay problemas de sequía, ¿es inalcanzable la realización de una nueva captación de agua?
No, no lo es, no puede ser, tiene que ser algo prioritario para este Concello. De poco vale pensar en ampliar núcleos de población si no disponen de una red pública, de servicios públicos. Hay que hacerla y ahora estamos en el proceso de analizar si seguimos con el servicio privado o público y a partir de ahí se pueden hacer muchas cosas.
¿Cuáles son las mayores potencialidades de Ribadavia?
Tiene muchas. El patrimonio tira del turismo, hace que sea un lugar atractivo para los negocios; el termalismo bien enfocado, como lo estamos haciendo; y el vino, que es fundamental para la economía de toda la comarca, porque cuando la comarca va bien, Ribadavia también marcha bien.

¿Y las carencias?
También hay muchas carencias, decir lo contrario sería de conformistas. Tal y como somos, un referente del patrimonio, la principal carencia está en el ramo de la hospedería, porque necesitamos un mayor número de camas y para ello tenemos que impulsar la iniciativa privada. También, un problema que sufre toda la provincia, la dificultad de las villas y zonas rurales para subsistir, para que la gente se quede aquí y eso no es fácil.

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