La compañía espera a una tregua para poder purgar la red de abastecimiento
El temporal de fuertes lluvias, unido al arrastre de cenizas procedentes de los incendios del pasado octubre, provocó la turbidez del agua de la traída en Ribadavia. Después de realizar un control de calidad en la misma, tanto la administración local como la empresa Aqualia, encargada del servicio en el municipio, tomaron la medida preventiva de declararla como no apta para el consumo.
El Concello emitió un bando informativo ayer en el que avisó a la ciudadanía de que se podría utilizar el agua sin problemas sanitarios para otros usos que no supongan su ingesta directa, como lavar la ropa, higiene personal o la elaboración de alimentos. El miércoles, sin embargo, después de avisar a las autoridades sanitarias,había tomado la medida de prohibir todas las actividades que supusieran utilizar el agua de la traída, para prevenir riesgos. Avisaron de que esta restricción se mantendrá hasta nuevo aviso.
La empresa Aqualia trabaja con las autoridades locales para solucionar el problema. Desde que se decretó esta medida se puso a disposición de los vecinos la recogida de garrafas de 5 litros para el consumo, en las instalaciones ubicadas en la localidad. A lo largo de la jornada de ayer ya se repartieron más de 300 unidades. El alcalde, Ignacio Gómez, afirmó que la alerta "acabará pronto, porque la calidad del agua está mejorando mucho". La jefa de la empresa encargada del servicio aseguró que la solución pasa por "una tregua de las lluvias, que nos permita purgar la red y eliminar los residuos". Ambos insisten en que los vecinos mantengan la calma y comentaron que se están realizando mediciones de la calidad del servicio diez veces al día para poder restaurar el sistema lo antes posible.
