Las pirotecnias pasan al menos un control al mes

El examen de la Guardia Civil es exhaustivo. Los agentes revisan la situación de los dispositivos de seguridad para evitar robos

La pirotecnias españolas pasan al menos un control al mes, el que realiza la Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil. Estas empresas están además bajo la supervisión del Área de Industria de la subdelegación del Gobierno, que efectúa un control anual -el que fija la norma- pero que puede visitar la factoría en más ocasiones a lo largo de ese período, lo cual es habitual.

El examen de la Guardia Civil es exhaustivo. Los agentes revisan la situación de los dispositivos de seguridad para evitar robos (alarmas, cámaras, vallado). Las pirotecnias guardan gran cantidad de material explosivo. En Galicia hay alguna con capacidad para almacenar hasta 40.000 kilos, que incluyen tanto productos terminados como componentes para la fabricación. Este tipo de inspecciones también implican el examen de las medidas antiincendios y de seguridad laboral, así como la revisión de los protocolos de trabajo, incluso midiendo las cantidades de material sensible que están permitidas para cada elaboración. Intervención levanta un acta da cada visita.

El otro organismo responsable de controlar este tipo de empresas es el Ministerio de Industria, que lo hace a través del área correspondiente en cada una de las Delegaciones del Gobierno. Las 23 factorías de pirotecnia de Galicia dependen de dos servicios de inspección: uno para las provincias de Coruña y Lugo y otro para las de Ourense y Pontevedra, adscritos a sus respectivas subdelegaciones. Suele ser el mismo inspector el que repite las visitas y el que, en casos como el de Abad, acude a realizar el informe del siniestro.

Las delegaciones del Gobierno deben reportar con periodicidad anual un informe a la Dirección General de Minas sobre todas las incidencias con productos pirotécnicos.

La normativa es exigente y se renueva constantemente. El próximo plazo para adaptarse a la ley remata en 2017. Antes de dos años, muchas factorías deberán realizar obras en sus instalaciones. Por ejemplo, para cumplir con la distancia entre las casetas y la valla de seguridad (ahora cinco metros, después diez) habrá quien se vea obligado a construir nuevas casetas. El gasto en seguridad es una de las partidas más onerosas: al menos entre un 10 y un 15% de la facturación. Además, la trazabilidad de los productos aumenta los costes. Es necesario someter cada artilugio a una prueba de laboratorio (que cuesta entre 400 y 700 euros) para obtener la certificación y elaborar fichas para el etiquetado que permitirán que la Guardia Civil pueda controlar el origen y emitir los permisos para su empleo.



dos hipótesis

Por otra parte, Roberto Castro, subdelegado del Gobierno, reiteró ayer que el suceso de Leiro se debió a un accidente laboral y que las dos hipótesis que siguen abiertas tratan de establecer si la explosión se produjo dentro de la caseta o fuera de la misma. Castro señaló que queda en la factoría una pequeña parte de material explosivo. Las pirotecnias Josman y Xaraiba guardan la mayor parte, que será puesto a la venta en cuanto lo autorice la Guardia Civil.

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